Artesanía, luces y tradición: llega el mercadillo navideño que transforma la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia

Diciembre llega cada año cargado de una atmósfera especial que se reconoce al primer vistazo. Las ciudades se llenan de árboles iluminados, calles engalanadas y escaparates brillantes que anuncian que la Navidad ya está aquí. Son fechas que invitan a salir más, a hacer planes distintos y a dejarse llevar por pequeñas tradiciones que se repiten con gusto, como visitar un belén, recorrer los barrios para ver los encendidos de luces, refugiarse del frío con un chocolate caliente y churros, calzarse los patines sobre una pista de hielo o perderse entre los puestos de un mercadillo navideño. Valencia vive este mes con especial intensidad y se viste de gala con una amplia oferta de propuestas para todos los públicos. Entre todas ellas, hay una que destaca de forma clara por su escenario singular: el mercadillo navideño ubicado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Este enclave, que desde su inauguración a finales de los años noventa se ha convertido en uno de los iconos más reconocibles de la ciudad, suma durante las fiestas un nuevo atractivo. El Paseo de Arbotantes del Umbracle se transforma por completo para acoger un mercado que combina el espíritu tradicional de la Navidad con un entorno de líneas futuristas que lo hace único. Desde el 12 de diciembre de 2025 y hasta el 6 de enero de 2026, este espacio se convierte en uno de los puntos más animados de la agenda navideña valenciana, con una apertura inicial prevista para la tarde del primer día y un horario habitual que se extiende desde la mañana hasta bien entrada la noche, adaptándose en las fechas más señaladas como Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo.

El recorrido por el mercadillo permite descubrir alrededor de medio centenar de casetas de artesanía cuidadosamente ambientadas para la ocasión, donde se pueden encontrar ideas de regalo, productos hechos a mano y artículos típicos de estas fechas. A ello se suma una zona gastronómica tematizada, con foodtrucks y propuestas pensadas para hacer una pausa entre paseo y paseo. Todo está diseñado para disfrutar sin prisas, ya sea en familia, en pareja o con amigos, aprovechando uno de los espacios más espectaculares de la ciudad.

Uno de los grandes protagonistas del mercado es el público infantil, para el que se ha preparado una programación continua durante todos los días de apertura. Los niños pueden participar en talleres creativos repartidos en dos franjas diarias, donde experimentan con manualidades, pintura y diferentes materiales que estimulan su imaginación. Además, la ludoteca navideña permanece activa durante todo el horario del mercadillo, ofreciendo juegos de ingenio y un pintacaras festivo que mantiene la diversión constante.

Actividades y talleres

La propuesta se completa con actividades que acercan los oficios tradicionales al público a través de demostraciones adaptadas a la temática navideña, así como con sesiones de cuentacuentos y espectáculos pensados para todos los públicos. Entre los momentos más especiales se encuentran las jornadas de belén viviente, que aportan un aire costumbrista y evocador al conjunto, o la presentación musical del proyecto Canta'm, que pone el acento en la emoción y la participación colectiva. Durante varios días también se programan sesiones especiales de pintacaras y actividades escénicas que animan todavía más el ambiente.

Como no podía ser de otra manera en estas fechas, el mercadillo reserva un espacio destacado para la magia de escribir cartas. Los más pequeños pueden visitar la casita de Papá Noel en los días previos a Nochebuena para entregar sus deseos, y tras esa fecha será un emisario real quien recoja los mensajes dirigidos a los Reyes Magos, manteniendo viva una de las tradiciones más esperadas de la Navidad.

Junto a las actividades gratuitas, el mercado ofrece algunas propuestas de pago que completan la experiencia, como un carrusel clásico que gira durante toda la campaña, un fotomatón en 360 grados que permite llevarse un recuerdo diferente, el popular Transiberiano con experiencia visual en tres dimensiones y talleres de pintura en los que personalizar figuras de cascanueces o elementos del belén para llevarse a casa un recuerdo hecho a mano.

El plan puede alargarse aún más a pocos pasos del mercadillo, ya que el Hemisfèric se suma a la Navidad con la proyección de una película familiar que narra la aventura de dos niños perdidos en un bosque nevado y su encuentro con un personaje que devuelve la esperanza a través de historias y chocolate caliente. Tras la proyección, además, se ofrece una explicación sobre la técnica de animación en stop-motion, convirtiendo la visita en una experiencia didáctica y diferente.

Así, futuro y tradición se dan la mano esta Navidad en Valencia. La Ciudad de las Artes y las Ciencias vuelve a demostrar que es capaz de reinventarse y acoger propuestas pensadas para disfrutar de las fiestas de una forma distinta, en un entorno que sorprende tanto a quienes lo visitan por primera vez como a quienes ya lo sienten como parte inseparable del paisaje navideño de la ciudad.