Imagen de María José Catalá durante un pleno del Ayuntamiento de Valencia.
El Ayuntamiento de Valencia pide a la Generalitat que acepte el topónimo de la ciudad en español
El Ayuntamiento de Valencia ha dado un paso más, y el definitivo dentro de sus competencias, para que la tercera ciudad de España recupere su topónimo en español, fórmula eliminada entre PSOE y Compromís en 2016. El Pleno municipal ha aprobado este lunes, con los votos a favor de PP y Vox y en contra de Compromís y PSOE, elevar a la Generalitat el cambio del topónimo de la ciudad de València a la doble denominación Valéncia / Valencia.
El trabajo consistorial está todo hecho ya, por lo que el procedimiento pasa ahora a depender de la Generalitat Valenciana. El expediente, que ya fue abordado en la comisión de Bienestar Social, Educación, Cultura y Deportes del pasado 16 de diciembre, continuará su trámite y se remitirá a la Generalitat, órgano al cual corresponde determinar los nombres oficiales de los municipios de la Comunidad Valenciana.
Durante la sesión plenaria, el concejal de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno, ha defendido la legalidad del proceso, «que cumple con el Reglamento 69/2017 al seguir todos los trámites que indica de modo garantista» y ha restado importancia a la cantidad de alegaciones recibidas (1.045) al afirmar que «no se trata de una cuestión de peso ni de cantidad» y además, «no llegan a alcanzar el 0,1 % de la población de la ciudad que supera los 840.000 habitantes».
Moreno ha indicado que la propuesta municipal «aporta fundamentos jurídicos claros, un informe particular y no es un procedimiento en contra de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), ni del Reglamento del Uso del Valenciano en la ciudad. Es algo nuevo sobre lo que se tiene que pronunciar la Academia, respetemos su tarea». A este respecto, el concejal ha recordado que la AVL «emite informes que se pueden revisar y esto ya ha ocurrido como por ejemplo con l’Énova, donde se cambió el acento porque se ajustaba mejor a la pronunciación histórica de los hablantes de la zona».
Enmienda al cambio de la izquierda
Resulta ciertamente llamativo el nivel de las críticas que PSOE y Compromís han dirigido durante los últimos meses contra el Ayuntamiento de Valencia y especialmente en el pleno de este lunes 22 de diciembre. Mientras España entera atendía a ver si tocaba o no la Lotería de Navidad, los concejales de PSOE y Compromís mostraban posturas que representan una enmienda a la totalidad al cambio que ellos mismos promulgaron en 2016, cuando hicieron que Valencia tuviera oficialmente su nombre en catalán y no en español ni valenciano.
Por parte del PSOE, la concejala Maite Ibáñez ha subrayado que esta modificación de la denominación «solo obedece a cuestiones políticas y partidistas que no tienen rigor ni respeto a la AVL, que es el órgano competente para fijar la toponimia y la onomástica». En este sentido, Ibáñez ha destacado «las más de 1.000 alegaciones que se han presentado a esta iniciativa que, además, incumple el reglamento vigente del Ayuntamiento que indica que todos los topónimos son en valenciano y en caso de doble denominación y en lugares de predominio valenciano, prima el topónimo valenciano».
Además, la concejala, quien ha señalado que «estamos ante de la sumisión cutre de la señora Catalá a Vox», ha criticado que el expediente «no recoge un informe justificativo de la AVL sino de un particular y eso va en contra de la Ley 39/2015 y tampoco incluye un estudio de impacto económico».
Asimimo, el concejal de Compromís, Pere Fuset, ha explicado que «es la sexta vez que nos hacen perder tiempo y dinero para hablar del nombre de la ciudad aunque ustedes ya saben cómo acabará esto, porque ustedes ya saben que la Acadèmia Valenciana de la Llengua es el único órgano competente y estatutario para abordar esta cuestión y que ya hace muchos años que la ha resuelto».
Para el concejal de Compromís, «este debate es una cortina de humo para no hablar de los problemas de Valencia que ustedes no quieren abordar, para no hablar del estado del transporte público o para no hablar de los precios de la vivienda porque sus dos años y medio de gestión son solo fotos y pasodobles de autobombo». Para Fuset, «ustedes han batido todos los récords de sectarismo y de decir que sí a todo lo que Vox quiere».