Bautismo de piloto
Ejército del Aire y del Espacio
El simbólico «manguerazo» al teniente Pedraza en su bautismo como piloto
El teniente Pedraza del Ejército del Aire y del Espacio ha vivido este lunes un momento inolvidable en su carrera militar: su bautizo de vuelo como piloto de un T-21. La tradición, que marca la primera misión en solitario de un aviador en una aeronave operativa, tuvo lugar tras completar un vuelo a los mandos de un avión Airbus C-295 (T-21) entre la Base Aérea de San Javier (Murcia) y la de Getafe (Madrid). Fueron testigos de excepción los periodistas que cubrieron el ingreso de la Princesa Leonor en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier (Murcia), donde realizará el tercero y último curso de su formación militar tras pasar por la Academia General Militar de Zaragoza y la Escuela Naval de Marín.
El bautizo de vuelo es un acto repleto de simbolismo y se celebra en todas las unidades de vuelo del Ejército del Aire y del Espacio. El ritual incluye un recibimiento especial al aterrizar: los bomberos de la base rocían al nuevo piloto con agua utilizando una manguera, en señal de bienvenida al grupo de aviadores que ya han superado este primer reto.
En el caso del teniente Pedraza, a su llegada a Getafe los bomberos le estaban esperando para regarle con la manguera, y no faltaron ni la ducha de agua ni los aplausos de sus compañeros. El teniente recibió el aplauso y el abrazo de sus compañeros y de los periodistas a los que trasladó.
El vuelo del bautizo se realizó en un T-21, designación que el Ejército del Aire y del Espacio utiliza para el Airbus C-295, un avión de transporte táctico de fabricación europea. Esta robusta aeronave puede realizar misiones de lanzamiento de paracaidistas, transporte de personal y carga, evacuaciones médicas o apoyo logístico.
La jornada finalizó con abrazos, enhorabuenas, fotografías y videos que inmortalizaron el momento. El bautizo de vuelo no solo es un rito simbólico, sino también un recordatorio del esfuerzo y la disciplina necesarios para alcanzar el estatus de piloto operativo.
Para el teniente Pedraza, este primer vuelo en T-21 abre la puerta a una etapa de mayor exigencia profesional, en la que seguirá acumulando experiencia y horas de vuelo en distintos escenarios.