Monte Pío
Así es el Palacio de Monte Pío, la misteriosa Moncloa gallega en la que Rueda no ha querido vivir
A pesar de haber cumplido 20 años, poco se conoce de la residencia oficial más allá de algunos detalles y su exterior
El Palacio de Monte Pío es la residencia oficial del presidente de la Xunta. Cuenta con 25.000 m2, un espacio verde de otros 45.000 m2 y hasta piscina climatizada.
La construcción, diseñada por Manuel Gallego Jorreto, ha conseguido dos premios nacionales de arquitectura. Está situada a las afueras de Santiago de Compostela y tiene un aura mística en la que se mezcla una suerte de abandono y de belleza.
Su uso es cada vez más reducido. El actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, únicamente hace uso de ella cuando su agenda no le permite regresar a Pontevedra, donde reside con su mujer y sus dos hijas. Además, el líder del Ejecutivo realiza allí ciertas reuniones o lo alterna con su despacho en San Caetano.
El propio Alberto Núñez Feijóo se refirió al «síndrome de Monte Pío» como una suerte de aislamiento al que prefirió renunciar durante la mayoría de su mandato. Según el ex presidente gallego, la inmensidad de la construcción no permite estar en contacto con la realidad de Galicia. Feijóo vivió a temporadas en el lugar pero intentó rehuir de sus paredes. Primero lo hizo viviendo en su piso de Vigo y luego con su pareja Eva Cárdenas en La Coruña.
Además, el ahora presidente del PP celebró una cumbre con los expresidentes gallegos en la que todos compartieron sus filias y fobias sobre la construcción. Por otro lado, el propio Juan Carlos I visitó el Palacio de Monte Pío en el año 2009.
Feijóo con el escritor Paulo Coelho en el Palacio de Monte Pío
En la actualidad, el poco uso ha hecho que el edificio haya perdido lustre y pocos son los que recaen en su existencia cuando visitan la capital gallega. Después de más de 20 años, apenas han trascendido imágenes del edificio con la intención de respetar la intimidad de la residencia pensada para los presientes de Galicia.
El uso de Fraga
El que sí decidió vivir allí fue Manuel Fraga. Lo hizo, principalmente, por huir del chalé que la Xunta disponía para los dirigentes en Roxos y en el que Fraga vivía sin especial apetencia. Además, el dirigente popular consideraba que el lugar nuevo «dignificaba» la Xunta.
Fraga usaba una habitación, el despacho y el salón. Lo hizo durante tres años y en compañía de su nieta. A su llegada, ciertas zonas de la residencia no estaban acabadas. A su marcha, lo hizo en un todoterreno, en el año 2005 y para trasladarse a un piso en el casco histórico de Santiago.
