Carreras, curros y carne de potro son algunos de los atractivos de esta feria
Esta es una de las ferias ganaderas más singulares de Galicia: un escaparate de la vida rural gallega
La cita nació hace más de treinta años gracias a la iniciativa vecinal, con un objetivo claro: dar valor a la carne de potro y al ganado criado en libertad
El otoño en Galicia no solo es tiempo de vendimia, magostos y romerías. Con la llegada de septiembre y octubre, la comunidad se llena de fiestas tradicionales que ponen en valor la identidad de cada comarca: desde ferias agrícolas hasta celebraciones vinculadas a la cosecha o a los productos del monte.
Es una estación en la que la cultura popular se mezcla con la naturaleza y el turismo rural, atrayendo a visitantes en busca de experiencias diferentes. Entre todas estas propuestas destaca una cita muy singular que cada año convierte a un municipio de la Serra do Xistral, en la provincia de Lugo, en el epicentro de la ganadería en libertad.
Un encuentro nacido de la tradición
En Muras, un ayuntamiento enclavado en pleno corazón de los montes lucenses, los caballos forman parte de la vida cotidiana. Allí, cada cuarto fin de semana de septiembre, se celebra una feria que ha sabido mantener vivo el espíritu de los antiguos tratos ganaderos, al tiempo que se ha consolidado como un evento turístico: Festa do poldro e do Gando do Monte (Fiesta del potro y del Ganado del Monte).
La cita nació hace más de treinta años gracias a la iniciativa vecinal, con un objetivo claro: dar valor a la carne de potro y al ganado criado en libertad, además de preservar la tradición ferial que siempre caracterizó a la comarca.
Lo que empezó como una reunión modesta fue creciendo en participación y actividades hasta convertirse en un referente. En 2019, la Xunta de Galicia reconoció oficialmente este encuentro como Fiesta de Interés Turístico Gallego, un distintivo que lo sitúa entre las celebraciones más emblemáticas de la comunidad.
El ganado el auténtico protagonista
El epicentro del evento se encuentra en el Alto da Gañidoira, a 700 metros de altitud. Allí, los curros se llenan de vida con la compraventa de potros, vacas y cabras autóctonas.
Especial protagonismo tienen los caballos de Pura Raza Gallega. Estos animales, criados casi en libertad, destacan por su fortaleza y docilidad, y se han convertido en un símbolo de la ganadería local.
Pero la feria va mucho más allá de la actividad comercial. El programa incluye competiciones como las carreras de caballos, que atraen a gran cantidad de público, además de exhibiciones de trabajo en el monte, pruebas de tala de troncos, concursos de adiestramiento canino o demostraciones de talla en madera. Todo ello convierte la cita en un escaparate de la vida rural gallega en su estado más auténtico.
La gastronomía es otro de los pilares de la celebración. La carne de potro, considerada una de las más saludables y a la vez desconocidas, se convierte en la protagonista de las jornadas de degustación.
Los visitantes pueden saborearla en múltiples formas: desde embutidos curados como chorizos, salchichones o cecinas, hasta platos tradicionales de cuchara y hamburguesas para conectar con un público más joven.
Mucho más que una feria
El mercado de ganado se ha convertido en un motor de dinamización para todo el municipio y su entorno. Ganaderos de la comarca encuentran aquí un espacio para estrechar lazos con colegas y compradores.
Además, la programación incluye rutas a caballo para niños y niñas, exhibiciones variadas y competiciones que reparten premios de miles de euros.
Cada edición, miles de visitantes se acercan a esta feria tan singular para negociar, comer, participar o simplemente observar cómo se mantiene viva una costumbre que, lejos de perderse, se reinventa año tras año.
