Este es el pueblo marinero de Galicia que debes visitar este otoño: con playas vírgenes y declarado Conjunto Histórico-Artístico

En el extremo norte de la Ría de Muros y Noya, la más septentrional de las Rías Bajas gallegas, se erige una de las joyas de la provincia de La Coruña: Muros. Con una superficie de 72,91 kilómetros cuadrados y una población de aproximadamente 8.600 habitantes, este municipio es uno de los enclaves medievales mejor conservados de toda la comunidad autónoma.

De larga tradición pesquera, la villa fue declarada el 29 de mayo de 1970 como Conjunto Monumental Histórico-Artístico por su trazado urbano y su belleza arquitectónica. «Villa marinera que conserva sus valores ambientales, típicos y pintorescos, al lado de la severa grandeza monumental de góticos palacios y templos como el de la antigua Colegiata y el Santuario de la Virgen del Camino», se puede leer en el texto del decreto.

El casco antiguo de «la Muy Noble, Muy Leal y Muy Humanitaria Villa de Muros», título honorífico por su fidelidad a la Corona, cuenta con un entramado de calles laberínticas y casas caracterizadas por sus sillares de piedra y sus galerías acristaladas. Son estas las que dan buen cuenta de su tradición marinera, con soportales bajo los que antiguamente los hombres arreglaban los aparejos de pesca mientras que las mujeres ponían el pescado a salar en las pilas y lo lavaban.

La Puebla de Muro, tal y como nombró la región el rey Sancho IV de Castilla cuando la fundó en el siglo XIII (aunque es más que posible que este lugar ya estuviese habitado en siglos anteriores, como lo demuestran los importantes restos prehistóricos diseminados por todo el municipio), conserva el trazado original, con plazuelas, soportales y estrechas calles que transportan a otro tiempo. La plaza de Curro, que se la conoce así por las multitudinarias corridas que se celebraron antaño, está presidida por el edificio del Ayuntamiento. Es, sin duda, el centro neurálgico de los muradanos.

Lugar de gran devoción religiosa

Otras tres plazas rivalizan en protagonismo: la de Santa Rosa, la de Pescadería Vella, una de las más animadas de la villa por ser la zona de vinos y tapeos, y la de Cristo, con un crucero con la imagen de un Cristo. En la antigua plaza Mayor se encuentra el Mercado de Abastos, en cuyo interior se pueden adquirir productos frescos de la tierra y el mar recién recogidos. Es digno de ver por su imponente escalinata y una balaustrada de cantería con molduras y coronada por bolas.

Muros es también un importante lugar de devoción religiosa con la antigua Colegiata de Santa María, el Santuario da Virgen del Camino y la Iglesia del Carmen, patrona de las gentes del mar. Cada 8 de julio, la imagen de la Virgen es bajada en procesión a la Iglesia Parroquial de Santa María del Campo, y el 16 de ese mismo mes se celebra una misa para después llevar la imagen al puerto y dar comienzo a la procesión marítima en la que participan numerosas embarcaciones engalanadas para la ocasión.

La sardina, su base económica

El puerto de Muros fue uno de los más importantes de Galicia desde la Edad Media. La sardina fue la base económica de todo el entorno gracias a que las aguas de la ría de Muros y Noya eran, por aquel entonces, un auténtico tesoro. Exportaba a toda España y esta industria de salazón fue la salvación de este lugar ante los ataques y hambrunas, aunque también la entrada de importantes epidemias.

Su puerto hoy sigue siendo uno de los referentes de la costa comprendida entre La Coruña y Ribeira, con merluza, pulpo, nécora y cigala como capturas principales. Pero no solo viven del mar, también lo hacen del turismo gracias a su valioso patrimonio histórico y cultural, sus playas de belleza única y su rica gastronomía marinera que atraen tanto a turistas nacionales como internacionales.

Destaca también el Molino de Mareas de Pozo de Cachón, cuya construcción data del primer cuarto del siglo XIX. Es el más grande de Galicia y de los que más a nivel europeo. Fue aserradero y casa de baños antes de convertirse en lo que es hoy: el Centro Cívico y Cultural. Se trata de uno de los elementos etnográficos más representativos del rural de Galicia junto con los cruceros y los hórreos.

Sus playas, un auténtico tesoro

Los arenales de Muros poco, más bien nada, tienen que envidiar a los del Caribe. De agua cristalina y arena fina es la playa de Arena Mayor, que además cuenta con el atractivo de ser un importante punto de anidación de aves.

Igual de imponente que Monte Louro, una formación geológica que se eleva a los 241 metros de altura en forma de pirámide y que está rodeado por el mar por tres de sus lados. No solo delimita la ría de Muros y Noya, sino que está declarado Zona de Especial Conservación junto con la Laguna de Xalfas.