Foto de familia del seminario ‘Ética e IA: ¿cambia o trasciende a la persona?’
Iglesia y empresarios abogan por una IA que garantice la dignidad humana
El arzobispo de Santiago ha sido el encargado de inaugurar el seminario ‘Ética e IA: ¿cambia o trasciende a la persona?’
El seminario Ética e IA: ¿Cambia o transciende a la persona?, organizado por el Arzobispado de Santiago de Compostela, reunió esta mañana a más de 200 empresarios, directivos, representantes de la Iglesia y destacadas figuras del pensamiento y de la tecnología para debatir sobre el uso responsable del algoritmo y su impacto en la educación, la formación, el desempeño profesional y la vida cotidiana.
«El hombre siempre se interroga sobre sí mismo, reconoce su condición de creatura. No dejemos de interrogarnos, de preguntarnos, de cuestionarnos», dijo el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Francisco Prieto, en la apertura del acto, donde también participaron la consejera de Economía e Industria de la Xunta de Galicia, María Jesús Lorenzana, y el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Juan Vieites.
Durante su intervención, el arzobispo hizo un repaso de los avances tecnológicos que han tenido lugar a lo largo de la historia para después afirmar que, de primeras, «siempre generan una sensación de inquietud».
Por su parte, la consejera de Economía e Industria, aseguró que la IA «nunca podría sustituir la conciencia, las emociones y el pensamiento crítico». Y añadió: «El reto que tenemos por delante es humanizar las tecnologías para que priorice los valores humanos». Juan Manuel Vieites pidió un algoritmo que ponga el foco en las personas.
Guiada por valores éticos
Adela Cortina, figura clave del pensamiento ético contemporáneo, fue la encargada de inaugurar las ponencias: Ética e ideología de la IA. Reflexionó sobre los desafíos morales que plantea el desarrollo de la inteligencia artificial y la necesidad de que esta tecnología esté guiada por valores éticos. Desde su enfoque de ética cívica y de la responsabilidad, subrayó que la inteligencia artificial «es un instrumento» y defendió la importancia de construir sistemas tecnológicos orientados al bien común, al respeto de la dignidad humana y a la inclusión social, evitando cualquier forma de discriminación o exclusión.
Adela Cortina, durante su intervención
«La IA puede aportar grandes beneficios si se construye desde un marco ético basado en dos principios fundamentales: beneficiar y no dañar. Es imprescindible potenciar la autonomía de las personas, hacer justicia y distribuir equitativamente los beneficios de esta tecnología, ya que sus efectos son globales, afectan a toda la humanidad», concluyó la filósofa.
Al servicio de la dignidad de la persona
Las siguientes ponencias, a cargo de expertos de la talla de Senén Barro; la catedrática de la UDC, Amparo Alonso; el director del CITIUS de la USC; Teresa Rodríguez de las Heras Ballell y Ulises Cortés, profesor del Barcelona Supercomputing Center y experto en IA, coincidieron en la necesidad de impulsar una inteligencia artificial centrada en las personas, capaz de equilibrar la innovación tecnológica con la responsabilidad ética y social.
Desde distintas perspectivas —la investigación y el desarrollo científico, la estrategia nacional, la regulación jurídica y la formación en valores— los ponentes subrayaron que el futuro de la IA pasa por una gobernanza sólida, una educación que fomente el pensamiento crítico y una cooperación entre ciencia, derecho y ciudadanía para garantizar un progreso verdaderamente humano y sostenible.
Tras estas intervenciones, tuvo lugar un espacio de diálogo titulado La Iglesia y la IA, con la participación del arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto; el teólogo estadounidense Alberto Embry, quien intervino telemáticamente; y el sacerdote, profesor e investigador Ricardo Mejía. El encuentro fue moderado por el director de la Fundación Pablo VI, José Ramón Amor Pan. «Al definir los límites de la IA, resulta fundamental poner en el centro el respeto y la integridad de cada persona, reconociendo su valor intrínseco», afirmó el arzobispo.
Varios de los ponentes, en una de las mesas del seminario
Para concluir y antes del acto de clausura, en el que participó el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, tuvo lugar el debate IA: Persona. Responsabilidad. Regulación y Globalización, donde hablaron todos los ponentes, además del moderador Eladio Dapena, decano de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Intercontinental de la Empresa.