Concentración tras la muerte de otras dos personas sin hogar en la ciudad
«Que no te cieguen las luces», el llamamiento a Caballero tras la muerte de dos sintecho en Vigo
El foro alertó de que en la ciudad hay cerca de un centenar de personas malviviendo en la calle, y que la capacidad de los tres albergues disponibles no resuelve el problema
El foro socioeducativo' Os Ninguéns' se ha concentrado en el centro de Vigo para reclamar al alcalde Abel Caballero que no se deje cegar por las luces de la Navidad y observe la dura realidad que viven las personas sin hogar en la ciudad, tras la muerte de dos ‘sintecho’, una de ellas de manera violenta.
El acto tuvo lugar ante el reloj-contador de la calle Príncipe, que marca la cuenta atrás para el encendido del alumbrado navideño, y sirvió para denunciar lo que consideran una gestión insuficiente de los servicios sociales municipales.
«Duerme en la calle el que quiere»
Los portavoces del foro, encabezados por Antón Bouzas, insistieron en desmentir las declaraciones del alcalde, quien sostiene que «en Vigo duerme en la calle el que quiere». Bouzas afirmó que esa visión «no refleja la realidad», ya que muchas personas en situación crónica de sinhogarismo enfrentan enfermedades biopsicosociales y sobreviven en condiciones extremas, como naves abandonadas, ruinas o infraviviendas.
El foro alertó de que en la ciudad hay cerca de un centenar de personas malviviendo en la calle, y que la capacidad de los tres albergues disponibles, incluido uno municipal, no resuelve el problema, ya que tras un tiempo limitado, las personas son nuevamente expulsadas a la calle.
David Prieto, coordinador de Os Ninguéns, advirtió que la situación va en aumento y criticó la falta de coordinación institucional. «Las instituciones se echan la culpa unas a otras, y los que pagan el pato son quienes viven en situación de pobreza severa», señaló, recordando que muchos no eligen estar en la calle.
La concentración buscó dar visibilidad a este colectivo en un momento en que la ciudad centra la atención en las luces y el ambiente navideño, recordando que detrás del brillo hay personas que enfrentan una realidad de extrema vulnerabilidad.