El ‘Sapo’, la joya gallega que protege del mal de ojo
La historia detrás del 'sapo' gallego, la joya que la Princesa Leonor se llevó como regalo de Santiago
Está compuesto por tres cuerpos articulados que cuelgan formando un triángulo invertido, similar a la forma de un batracio
Desde hace siglos, la orfebrería gallega ha desempeñado un papel fundamental como expresión artística y como vehículo de identidad, creencias populares y protección simbólica.
En Galicia, muchas de sus joyas tradicionales, como las elaboradas en plata, azabache o coral, no eran simples adornos, sino amuletos cargados de significado que se utilizaban para ahuyentar enfermedades, atraer la buena fortuna y proteger del mal de ojo.
Entre ellas destaca el ‘Sapo’, una joya tradicional que ha vuelto a la actualidad gracias a un momento histórico: su entrega a la Princesa Leonor durante su visita institucional a Santiago.
Así es el 'sapo' regalado a Leonor
Durante su visita a Santiago de Compostela tras finalizar su formación como guardiamarina, la Princesa Leonor recibió uno de los regalos más simbólicos de su paso por Galicia: un conjunto de joyas de plata y azabache.
La autora de esta pieza es la orfebre compostelana Susi Gesto, quien reinterpretó el clásico ‘sapo’ gallego para crear unos pendientes y un colgante exclusivos.
Esta joya, realizada en filigrana de plata y azabache, es la expresión de una tradición centenaria. El ‘sapo’ tradicionalmente está compuesto por tres cuerpos articulados que cuelgan formando un triángulo invertido, similar a la forma de un batracio, de ahí su nombre.
Antiguamente, estas piezas eran un símbolo de estatus y protección, y solo se usaban en ocasiones especiales, y que hoy forman parte de joyas de familia.
La versión del ‘sapo’ entregada a la Princesa Leonor incorpora un ancla, símbolo inequívoco de su formación naval a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano y su estancia en la Escuela Naval de Marín.
El azabache es una piedra negra muy utilizada en la artesanía compostelana, y es que se cree que protege contra el mal de ojo y las energías negativas, un atributo que desde la Edad Media atrajo a peregrinos, artesanos y damas gallegas. Son muchos los amuletos hechos de este material, y uno de los más característicos de la orfebrería gallega es la ‘figa’, un amuleto en forma de mano cerrada con el pulgar entre el índice y el corazón.
El ‘sapo’ fue uno de los regalos que formaron parte del homenaje que Galicia rindió a la Princesa, quien también recibió la Medalla de Oro de Galicia y el título de hija adoptiva de Marín. En un emotivo discurso, donde incluso pronunció unas palabras en gallego, Leonor confesó sentirse «una gallega más» y expresó su deseo de volver pronto a una tierra que la ha marcado profundamente.
Con su entrega a la heredera al trono, el sapo vuelve a brillar como símbolo de identidad y cultural, y conecta Galicia con la historia de la monarquía española.