
Central hidroeléctrica convertida en albergue
Dormir en una central hidroeléctrica es posible en la Ribera Sacra
La Fábrica de Luz abasteció de electricidad no solo a la Ribeira Sacra, sino también a Monforte de Lemos y a la ciudad de Orense
Dormir en un faro, en un pazo, en un monasterio o incluso en una fábrica. En Galicia, en los últimos años, la recuperación del patrimonio industrial y arquitectónico ha dado lugar a diferentes experiencias de alojamiento que van mucho más allá de un simple lugar donde pasar la noche.
Espacios abandonados, antaño motores económicos o sociales, se transforman hoy en albergues, hoteles rurales o centros culturales.
Uno de los casos más singulares es el de La Fábrica de la Luz (A Fábrica da Luz), en Parada de Sil, Orense, una antigua central hidroeléctrica reconvertida en albergue que permite dormir en el corazón de la Ribeira Sacra, literalmente donde antes se generaba electricidad.
Una historia que arranca en 1914
La historia de este enclave comienza a principios del siglo XX. En 1914 se inició la construcción del canal ‘a canle vella’ (El canal viejo) para llevar agua del río Mao a una central hidroeléctrica que se convertiría en una de las primeras infraestructuras de este tipo en Galicia.
Fue la empresa ’La Gallega’ quien la construyó, aunque posteriormente pasaría a manos de Unión Fenosa. Durante décadas, La Fábrica de Luz abasteció de electricidad no solo a la Ribeira Sacra, sino también a Monforte de Lemos y a la ciudad de Orense.
El paso del tiempo y la construcción de nuevas infraestructuras, como la ‘canle nova’ (el canal nuevo), dejaron en desuso la vieja central.
Sin embargo, su valor arquitectónico e histórico hizo que no cayera en el olvido. En 2011, el Ayuntamiento de Parada de Sil decidió rehabilitar este ejemplo de patrimonio industrial y convertirlo en un espacio multifuncional con albergue, cantina y centro de actividades.
Dormir donde antes hubo energía
El antiguo edificio que en su día sirvió de alojamiento para los operarios de la central hidroeléctrica acoge hoy un albergue con capacidad para 32 personas.
Este espacio, que conserva la arquitectura original en piedra, ofrece interiores diáfanos y se distribuye en dos bloques de literas y dos habitaciones dobles privadas.

Literas del albergue
En los meses de verano, el albergue amplía su oferta de pernotación, con tiendas suspendidas entre los árboles que permiten una experiencia directa con el entorno natural.
Las instalaciones se completan con un salón común en la planta superior y una cantina ubicada en la antigua torre de transformadores, donde se sirve cocina con productos típicos de la zona.
El menú pone en valor productos locales como el cordero, la miel, los quesos artesanos, el vino, las setas, la tradicional bica o las castañas. Además cuenta también con una terraza que invita al descanso y a las sobremesas sin prisa, en plena naturaleza.
Centro de actividades
La Fábrica da Luz también se ha convertido en punto de partida para rutas de senderismo como la del Cañón del río Mao, que lleva hasta una pasarela de madera suspendida entre acantilados y termina en la playa fluvial donde el Mao desemboca en el Sil.
Además de su valor patrimonial y natural, el espacio se ha consolidado como un centro de dinamización rural gracias a su programación de actividades culturales, formativas y deportivas que buscan implicar a la comunidad local y atraer a visitantes.
Alojarse en La Fábrica de la Luz va más allá de una simple estancia. Ubicada junto al río Mao, esta antigua central hidroeléctrica rehabilitada ofrece una experiencia que conecta al visitante con la historia del lugar.