firma invitadaRicardo Castilla

No es Begoña, son Pegasus y Marruecos en su decisión

Actualizada 05:00

Es evidente que argumento una opinión basada en las percepciones y análisis de fechas, en las coincidencias de éstas, en diferentes reuniones, en las profusas visitas y viajes a países como Marruecos, Venezuela, República Dominicana, de un gobierno y de un presidente cuyas actuaciones pasarán sobre todo a la historia por crear muros y dividir España en el siglo XXI, por un interés exclusivamente personalista, básicamente como lo haría un dictador con máster de autocrático -conmigo o contra mi-, de un presidente sin escrúpulos para cambiar de opinión siempre y cuando le permita básicamente seguir en el poder.
Un poder por otro lado ni mucho menos progresista por mucho que lo vociferen, un poder que deberemos subrayar exclusivamente sanchista, un argumento que esgrimo al final arrastrará sin duda a un partido desaparecido actualmente de la autocrítica y de la propia moción interna, amordazado a su vez interna y externamente, y que va camino a recorrer la misma historia de partidos socialistas como el italiano, el griego o el francés, desaparecidos y meramente títeres de lo que fueron años atrás en estos países por cohabitar con los partidos extremistas.
El caso Begoña es más ético que penal, y es evidente que legalmente, quienes tenemos algunas nociones jurídicas, sabemos tiene poco o ningún recorrido, y más cuando se tiene secuestrada la fiscalía del estado llegado el caso, tal vez por eso el presidente con su voz apesadumbrada y previamente pactada salía a decir hoy en el Congreso que pese a todo, confía en la justicia, entiendo que se refiere a aquella justicia y dictamen hecha a medida de sus intereses como se nos viene acostumbrando últimamente en este país familiarizado con los cambios de opinión, y las más grotescas mentiras. Lamentablemente venimos reconociendo, no es la justicia para todos, y mucho menos de conciencia ética, cuando se muestran diferentes barras de medir cuando hablamos de meter eso sí a la familia de la oposición, en el lamentable espectáculo del embarrado político.
Los cincos días que se supone se ha dado el presidente para pensar qué caminos de gobierno recorrer él y obligarnos a recorrer a todos sus súbditos españoles, -un caso de infame nepotismo personal y de clara dejación de funciones en cualquier país democrático, pero no de aquellos dictatoriales-, es una maniobra no para sus socios de gobierno, no para sus adeptos e incondicionales, ni para los españoles en general, es simple y llanamente una maniobra claramente dirigida a quienes tienen la verdadera capacidad e influencia para que abandone precisamente el poder, y de dejar paso a una estabilidad que viene ya demandando la mayoría de los españoles, una España con sensatez que debería ser la misión a llevar a cabo por quienes tengan la responsabilidad en ese instante.
Su paseo europeo para el caso del reconocimiento del estado palestino, fuera de lugar en los momentos y circunstancias actuales como le han interpelado otros primeros ministros, ha podido enervar y reconsiderar la situación de stand by del caso Pegasus que tanto interesaba al presidente siguiera paralizado, y que en su momento le llevo a visitar urgentemente a él y a su gobierno, en varias ocasiones, al reino alauita -sin olvidarnos en todo ello el giro sin mediar consultas a nadie sobre el tema del Sahara-, esperando que el tiempo, ayudara a rebajar o menguar las posibles consecuencias que para él o su propio gobierno pudiera llegar a tener el espionaje de su teléfono y el de los ministros de Justicia, Defensa y Agricultura, y en los que en estos momentos, países como Israel y Marruecos, han podido reconocer un cambio de escenario, y por tanto, unas circunstancias adecuadas por las que se entienda ya interesante vea la luz dicha información de espionaje, y evitar así en un futuro inmediato les pudiera afectar de algún modo, no tanto con relación a nuestro país, lamentablemente débil en el actual escenario internacional, sino por la influencia y relaciones de colaboración con otros países como Francia o la propia Unión Europea en el futuro más inmediato.
No nos equivoquemos, cinco días, no para que él piense nada, ni para que los aún correligionarios socialistas salgan a la calle a vitorearle y apoyarle, -cuidado algunos socialistas ya empiezan a analizar su futuro personal fuera del foco del sanchismo que ahora piensan aún les cubre, pero del que reconocen cada día más serias dudas por su propio futuro, motivo por el cual algunos de estos ya buscan desaparecer de los posibles flash de fotos de recuerdo de los próximos días…-, sino un plazo para quienes tienen ahora más que nunca el mando de dirección de España, y por nuestro peso, indirectamente de Europa, un aviso para quienes deberían responder ante una jugada de chantaje o farol del aún presidente Sánchez, el cual quiere seguir manteniendo y pulsando las posibles opciones que le mantengan en el poder, y para que estos se piensen las posibles consecuencias de sus actos y sus revelaciones informativas. Una actuación así, requiere una respuesta clara y de control, y por ello desde un punto de vista de jugada estratégica, se entendería necesario actuar en menos de 24h, no permitiendo por tanto que Sánchez agote su propio tiempo y siga jugando lamentablemente ya con nuestro país, sino igualmente con cada de uno de estos otros países.
Sánchez no puede convocar elecciones al menos hasta finales de mayo, y tampoco se ve lógico plantear una cuestión de confianza -lo hubiera hecho hoy mismo- con elecciones catalanas y en unos meses europeas, sabiendo de las pretensiones y chantajes permanentes de quienes son sus socios de gobierno, los cuales ya le vienen anunciando podrían darle la espalda, por lo que se reconoce más que nunca atado y con una imagen cada vez más deteriorada o cerrada para sus pretensiones europeas personales, por lo que el tiempo que se vislumbra va dirigido claramente para otros, y para que todo se mantenga tal y como está, a cambio de los silencios de todas las partes, por ello podemos afirmar no es el caso Begoña, que tan bien, es el caso Pegasus y Marruecos.
Más que nunca nuestro futuro se encuentra en estos momentos fuera de nuestra fronteras, porque así lo decidió -no lo olvidemos- una sola persona por sus intereses y pretensiones exclusivamente de poder personalista, y sin duda por este hecho insólito en una democracia europea del siglo XXI será recordado en los anales de la historia que tanto parece le preocupan.
Sánchez ha demostrado ser un excelente adversario estratégico, pero estratégicamente creo que la respuesta de quienes tienen la posibilidad de actuar, debería concentrarse por supuesto antes del lunes. Esto no es jaque, esto después del farol de Sánchez debe ser jaque mate!, y me refiero taxativamente a una jugada de ajedrez, teniendo en cuenta que hablamos de un adversario que ha demostrado saber jugar fuera del tablero y con las reglas que les fuera siempre más propicias, y que se sabe actúa sin ningún tipo de respecto a quien no piense igual que él, seas una oposición de partido o hasta un estado libre.
Sería ridículo el lunes 29 ver a un Sánchez como su amigo Rubiales, decir ¡no voy a dimitir, no voy a dimitir…!, ridículo para él sin duda, pero mucho más para todos los españoles. Espero no tener que escucharlo ni verlo, pero por otro lado me lo puedo imaginar.
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