Salvador Fuentes y José Antonio Nieto

Salvador Fuentes y José Antonio NietoBJ

Salvador Fuentes

«El único enemigo que tienen la Diputación y su presidente es la sequía»

Los trámites de la línea de media tensión de la estación de Los Pelayos, que quiere realizar la Diputación de Córdoba, para aliviar el trabajo de los dos grupos electrógenos que dan energía para el trasvase de la presa de La Colada al embalse de Sierra Boyera, avanzan. De forma lenta, pero avanza. Y, casi cinco meses después, ya existe una autorización condicionada, para la obra.
A este respecto se ha pronunciado el presidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes, quien ha querido evitar polémicas. Así pues, este ha subrayado que «voy a intentar que esto no coja una deriva de parchís. Yo no estoy aquí para jugar al parchís».
En ese sentido y en declaraciones a los periodistas tras la firma de un convenio con la Junta para impulsar la conectividad rural, el presidente ha asegurado que «los únicos enemigos tienen la Diputación y el presidente son la sequía y los problemas de la zona Norte, que son muy dolorosos».
Asimismo, Fuentes ha recordado que «me comprometí con los vecinos de la zona Norte a radiar todas las actuaciones que se hicieran, para que todo el mundo tuviese la tranquilidad y la información necesaria para generar certidumbre». Y ha recordado que va a seguir yendo todas las semanas allí.

Respuesta de Acuaes

Ello para desvelar que «el 26 de diciembre recibimos la autorización condicionada de la Agencia de Cuencas del Estado (Acuaes), en respuesta a la solicitud que formuló la Diputación el 31 de julio». En la misma hay una serie de documentos (seis) que hay entregar para obtener el visto bueno definitivo.
«Estamos trabajando sin descanso para cumplimentar la información que se nos ha solicitado», ha recalcado el presidente de la Diputación, que ha añadido que «creemos que lo vamos a hacer esta semana». A la par que ha insistido en que «yo informo de cómo van los trabajos, no reprocho nada a nadie. Digo lo que se está haciendo y, entre todos, tenemos que arrimar el hombro, porque el problema quienes lo están sufriendo son 85.000 vecinos».
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