Uno de los actos de la Misión Diocesana en Hinojosa del Duque

Uno de los actos de la Misión Diocesana en Hinojosa del DuqueDiócesis de Córdoba

La Misión Diocesana de Hinojosa del Duque llega a colegios e institutos

La Escuela Diocesana de Ocio y Tiempo Libre «Gaudium» acoge la primera misión con jóvenes

Amanece un nuevo día en Hinojosa del Duque con el rezo del Rosario de la Aurora por las calles de la localidad. A las 7:15, sacerdotes y misioneros han puesto rumbo a la parroquia de San Juan Bautista para rezar Laudes y poder recibir el Sacramento de la Penitencia y «poner en juego sus mejores capacidades», como ha manifestado el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández.

En este tercer día de Misión, se ha celebrado la santa misa a las 10:00, presidida por el sacerdote Juan Ropero y comenzar así el visiteo de la segunda zona de misión en colegios e institutos de la localidad.

Ya por la tarde, a las 17:30 horas, la Escuela Diocesana de Ocio y Tiempo Libre «Gaudium» ha acogido la primera misión con jóvenes, a los que han ofrecido la alegría del Evangelio.

Además, en la parroquia de San Isidro, el sacerdote Javier Muñoz ha ofrecido una meditación como antesala a la charla-testimonio «Elección de vida. Dos banderas», ofrecida por Miguel Ángel Vázquez, miembro del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

La jornada culmina con un acto penitencial en la parroquia de San Isidro, a las 20:00, presidido por David Arellano, vicario de la Sierra.

El testimonio de Jaime Benítez

El lunes tuvo lugar la charla-testimonio de Jaime Benítez, en una jornada que ha tenido «El fin del hombre, el sentido de la vida» como tema del día. Jaime, con su testimonio personal, ha recordado sus comienzos en la fe, como el Señor «se sirvió de San Francisco y sus hermanos frailes para traerme de vuelta al seno de la Iglesia». Benítez ingresó en una Fraternidad de la Tercera Orden Franciscana, la Seglar, y le invitaron a hacer el Cursillo.

Intervención de Jaime Benítez

Intervención de Jaime BenítezDiócesis de Córdoba

Jaime ha recordado que «nuestra primera Iglesia debe ser la doméstica» pero, como ha confesado, él no ha sido el mejor referente para sus hijas como si lo ha sido su madre, «yo no sólo no aportaba, sino que más bien servía de estorbo», ha reconocido. Pero gracias a una confesión Benítez ha entendido, como le dijo su confesor, que «si no lo tenía dentro no podías transmitirlo». No obstante, como él mismo dice «nunca es tarde y cuando conoces la alegría del Evangelio quieres que tus seres queridos vivan y conozcan esa misma alegría».

El hombre contemporáneo no destaca por la vida de fe, para Jaime expresar en su ámbito laboral «lo que llevas dentro» no fue fácil al principio «por miedo a la incomprensión». Eso va cambiando poco a poco gracias «al procesos de maduración en la fe». Cada mañana «me levanto con tiempo para leer el Evangelio del día».

El misionero ha querido exponer la relación que mantiene con su grupo de Cursillos que se fraguó tras «vivirlo juntos». Desde entonces, «nos invitamos a eventos de formación», cada uno tiene distintos turnos de oración, en la Guardia de honor del Sagrado Corazón o en la parroquia de la Consolación, por ejemplo. En cuanto a la ayuda a los demás, Jaime ha explicado que la canalizan «con la ayuda a distintos conventos de Córdoba y provincia» en tareas de limpieza o repartiendo alimentos.

Asimismo, colaboran con la Fundación Bangassou en la preparación de los contenedores que se mandan a la República Centroafricana y económicamente en los proyectos puestos en marcha allí.

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