Cuentas de adultos no podrán mencionar ni etiquetar a adolescentes

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«Síndrome del momento perfecto» o por qué los jóvenes no disfrutan del aquí y ahora

Hablamos con una experta sobre las causas de la 'insatisfacción crónica' en los adolescentes y las posibles soluciones

Parejas idílicas, regalos de cumpleaños con presupuesto ilimitado o viajes a lugares paradisíacos, son el tipo de contenido que los adolescentes consumen día tras día en Instagram. Hacer scroll (desplazarse arriba y abajo por redes sociales) les hace sentir tristes e inferiores cuando sus experiencias o expectativas no se cumplen, o son diferentes a las que se habían imaginado. Tienden a enfocarse en los detalles negativos, lo que les provoca una insatisfacción crónica y dificultad para disfrutar.
Este sentimiento afecta de forma directa a los nativos digitales, como los adolescentes nacidos entre 1995 y 2015, la llamada generación Z o Zillennials. Para ellos, y según la experta Miriam López Parejo, psicóloga y psicoterapeuta gestal del Centro Mesana (Córdoba), «la perfección es conseguir las cosas sin esforzarse lo suficiente, querer el mayor bienestar posible en un plazo muy corto, inmediato, y con un refuerzo positivo». Que su contenido sea visualizado por 10.000 personas o tener 200 likes en una foto es sinónimo de éxito.
Pero esto, es sólo la punta del iceberg de un problema que surge de raíz, «los jóvenes que acuden a consulta suelen tener reparo con la soledad que manifiestan, ya que la empiezan a descubrir por primera vez en esta etapa, y buscan llenar ese vacío a toda costa. Y lo hacen con el momento perfecto y la inmediatez».

Factores

El ‘síndrome del momento perfecto’, explica Miriam, «no es culpa de las redes sociales, de hecho, las usan como mecanismo de evitación, donde yo pongo mi atención y me sirve para no sostener lo que me está pasando». Incluso, en ocasiones, estas pueden ser «un mecanismo de ayuda».
Esa insatisfacción nace de un conjunto de variables: genética, biológica y de ambiente. «Una de ellas nos viene dadas y no se puede cambiar, y será el ambiente el que va a decir si va a dar la cara o no frente a ciertos problemas».

Compararse

Se torna complicado salir indemne de vidas «perfectas» a través de la pantalla. Una teoría que se refuerza ya que, «vivimos en una sociedad en la que parece que todo lo que tiene el otro está bien y lo que yo tengo no sirve absolutamente para nada», continua la psicóloga. A priori, «la comparación tiene una parte funcional dentro de la evolución, y es importante verse en relación yo-tú, para poder definir mi autopercepción y o autoconocimientos». Pero, todo cambia, cuando «no hacerse cargo de lo que yo tengo, de mi realidad, nos lleva a conectar más con ese vacío, insatisfacción».
Esto les impide, no sólo no disfrutar, sino que «no saben sostener las situaciones cuando se tuercen. Quieren vivir en una euforia constante». Algo que se hace visible en las relaciones amorosas entre adolescentes, que necesitan estar «bajo un manto de lluvia de estrellas o fuegos artificiales, si no, no merece la pena», apunta Miriam.

Cómo ayudarles

Las redes sociales les hace habitar en una realidad paralela, creando necesidades imposibles o muy difíciles de conseguir. Para evitar o paliar su frustración, Miriam, aconseja «ayudarles a tomar consciencia de sus realidades, posibilidades y habilidades. De dónde están, de su contexto y ayudarles a reforzar su autoestima. Que no sea todo dado, que se esfuercen y obtengan las consecuencias positivas».
Por suerte, en la actualidad, la salud mental está de moda gracias a prescriptores y famosos que han alzado la voz y que cuentan con influencia para estos jóvenes. Esto ha llevado a que, en Córdoba, y en el centro Mesana, haya aumentado el número de jóvenes que acuden a consulta.
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