Operación Asfalto 2022

Operarios trabajando durante la Operación Asfalto, en 2022Ayuntamiento de Madrid

Obras  Operación Asfalto: luces y sombras del plan faraónico de remodelación de las calles de Madrid

Con una inversión de 189,7 millones de euros, la puesta en marcha ha llegado ya a casi 3.000 calles de la capital

Más de 9.000 calles componen el entramado urbano de la ciudad de Madrid. De ellas, unas 3.000 han renovado sus calzadas gracias a un conjunto de «operaciones asfalto» iniciadas en 2019 y que ya se han convertido en las mayores de la historia de la capital. En total, las obras habrían afectado a una superficie de 12 millones de metros cuadrados de calzada, un espacio equivalente a más de 1.300 campos de fútbol.
Durante el pasado año 2022, Madrid se superó por tercer año consecutivo, con 144 vías pavimentadas más que el año anterior. El plan, que todavía no ha finalizado, cuenta con una financiación total superior a los 189,7 millones de euros.
Para el Ayuntamiento, el objetivo de estas obras es mejorar la comodidad y seguridad de los usuarios, reducir los niveles sonoros y disminuir la contaminación del aire. Para sus críticos, supone asumir una planificación urbanística menos sostenible y centrada en los coches. ¿Cuáles son las principales luces y sombras de este proyecto?

La Operación Asfalto, en datos

  • Casi 3.000 calles asfaltadas de los 131 barrios madrileños
  • 12,1 millones de metros cuadrados de calzada asfaltada
  • Cerca de 190 millones de euros invertidos
  • Unas 480.000 toneladas de asfalto empleadas

Las 'luces'del proyecto

El Ayuntamiento de Madrid defiende que la Operación Asfalto, cuyo objeto es «renovar los pavimentos de las calzadas con criterios de sostenibilidad», se traducirá en una mayor comodidad y seguridad de tránsito y «en una mejora de la calidad ambiental al disminuir los niveles sonoros de rodadura y la contaminación del aire».
Para ello, además de las mezclas asfálticas tradicionales, se están empleando mezclas sostenibles tipo SMA (Stone Mastic Asphalt), caracterizadas por tener una buena estabilidad y flexibilidad en un rango más amplio de temperaturas, además de una mejor capacidad adhesiva, de drenaje y fonoabsorbente. Su mejor resistencia al desplazamiento y al desgaste permitiría además reducir los costes y la frecuencia del mantenimiento.
La calle Lavapies recién asfaltada, en febrero de este año

La calle Lavapies recién asfaltada, en febrero de este añoJ. Fernández, Concejal del Ayuntamiento de Madrid.

También se han utilizado mezclas semicalientes, cuya fabricación y puesta en obra se realiza a una temperatura inferior a las mezclas calientes convencionales, reduciendo las emisiones de gases contaminantes y el consumo energético.
Además, en 28 calles de la capital se ha utilizado la técnica del asfalto impreso, un sistema de acabado que permite grabar sobre el firme diseños que imitan el adoquinado tradicional. Las ventajas esgrimidas por el Ayuntamiento con respecto a este último tendrían que ver con una mayor durabilidad y comodidad para el tránsito peatonal, la reducción del ruido y la facilidad de su sustitución.
En algunos casos se ha aplicado por encima una resina de protección de un color más claro para disminuir el efecto «isla de calor».
Operarios aplicando asfalto impreso en la Calle Lavapiés, en febrero de este año

Operarios aplicando asfalto impreso en la Calle Lavapiés, en febrero de este añoJ. Fernández, Concejal del Ayuntamiento de Madrid.

Las 'sombras' del proyecto

Las sucesivas operaciones asfalto puestas en marcha por el Ayuntamiento no han estado exentas de detractores. La periodista británica Leah Pattem, muy crítica con el ejecutivo municipal y usuaria de la cuenta de Twitter Madrid No Frills, denuncia que el asfalto «absorbe hasta el 95% de la energía solar que luego se convierte en calor», lo que provoca aun aumento de las temperaturas en verano, cuando «las calles cubiertas con asfalto pueden estar entre 2 y 4 °C más altas que si estuvieran cubiertas con una piedra natural más ligera».
Junto al efecto 'isla de calor', las críticas al proyecto se han centrado también en el aumento de la presencia del coche en el centro de la capital. En este sentido, se critica que el empleo de asfalto en calles céntricas y peatonales como Arenal o Montera pueda incentivar el paso de vehículos, que además circularían a mayor velocidad, desplazando al peatón a los márgenes y disminuyendo la sensación de peatonalidad.
Calle Arenal tras la sustitución del adoquinado tradicional por un "pavimento descontaminante"

La Calle Arenal tras la sustitución del adoquinado tradicional por un «pavimento descontaminante»Paloma García, Delegada del Área de Obras y Equipamientos del Ayto. de Madrid

A pesar del optimismo del Ayuntamiento, algunos ponen en duda que las operaciones de asfaltado se vayan a traducir en una disminución de la contaminación del aire. Finalmente, se ha criticado que la sustitución del adoquinado por el asfalto en calles históricas del distrito Centro supone un perjuicio estético, multiplicando el número de calles grises e impersonales.

Pros

  • Renovación del pavimento
  • Reducción de costes de mantenimiento
  • Mezclas más modernas y sostenibles

Contras

  • Efecto 'isla de calor'
  • Mayor presencia del coche
  • Perjuicio estético
Lo que está claro es que, con sus luces y sus sombras, la «mayor operación asfalto de la historia» está cambiando el paisaje cotidiano de millones de madrileños.
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