José Luis Ruiz Bartolomé, en la redacción de El Debate

José Luis Ruiz Bartolomé, en la redacción de El DebatePaula Argüelles

Entrevista

José Luis Ruiz Bartolomé: «Vox tiene un proyecto con ideas más liberales y más conservadoras, y al final todo el mundo encaja»

El hasta ahora número dos de Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid habla con El Debate tras anunciar que deja la política

José Luis Ruiz Bartolomé anunció este jueves que dejaba la política y regresaba a la empresa privada. Entró como diputado de Vox en la Asamblea de Madrid en 2019 y en la actualidad era el portavoz adjunto del partido en la Cámara regional. Echando la vista atrás valora sobre todo que Vox ha cambiado la forma de hacer política y ha abierto debates que, de no estar, seguirían cerrados, explica en su entrevista con El Debate.
–¿Qué le ha llevado a tomar esta decisión?
–Nunca vine a la política con la intención de vivir de ella o de permanecer de manera permanente en ella. Tenía una vida bastante exitosa en el mundo profesional, en el sector inmobiliario. La situación de España y el hecho de que conocía a algunas de las personas que estaban inspirando el proyecto de Vox, tomando una decisión que no fue fácil por todo lo que supone, tiré para adelante. Y la verdad es que ha sido una etapa apasionante.
Creo que todos deberíamos tener esa llamada vocacional a hacer algo de servicio público en algún momento de nuestra vida, pero luego tienes que seguir con tu propia vida. Uno de los lemas de Vox es ‘Cuida lo tuyo’, pues cuidar lo tuyo también empieza por cuidarte a ti mismo, a tu familia y tu carrera profesional o tu patrimonio. Y en ese sentido, después de un periodo de cinco años de haber ejercido ese servicio público y esa vocación por un tiempo, vuelvo a intentar reengancharme a mi vida anterior.
–¿Qué balance hace de esos cinco años? ¿Qué ha sido lo mejor de esa etapa?
–Hemos cambiado la dinámica del debate político, y hablo de Madrid. Si uno ve cómo era la política madrileña en los años previos a nuestra llegada, había un PP absolutamente volcado a posiciones progresistas, se estaba ciudadanizando de alguna manera, con todo lo que es defensa de tradiciones, de la familia, de la vida, totalmente apartado de lo que muchos estábamos reclamando. Es una de las razones por las que nace Vox.
Y hemos conseguido que ese debate vuelva de nuevo a la sociedad, al Parlamento regional, hasta el punto de que esa influencia es tan acusada que incluso en un momento en el que ellos tienen mayoría absoluta se han atrevido a modificar leyes, como las LGTB trans. Había una amenaza gravísima, por ejemplo, a la propiedad privada, que a nivel autonómico donde más se constataba era en el propio parque público de vivienda gestionado por la Comunidad de Madrid, y fuimos los únicos que empezamos a hablar de ello. O en el caso del adoctrinamiento en las escuelas, estuvimos ese primer momento con el pin parental, una batalla que también empieza a dar sus frutos.
–Su salida se produce después de otras del partido. Se habla en los últimos meses de la existencia de corrientes ideológicas en Vox. No sé qué opina al respecto y si se considera usted liberal como le han etiquetado...
–Creo que lo bueno que tiene Vox es que tenemos un proyecto que tiene cosas que pueden considerarse más liberales, otras que pueden considerarse más conservadoras, más tradicionales, y al final todo el mundo encaja y puede ir en ese mismo proyecto luchando hacia la misma dirección. Si no fuera así, cómo es posible que alguien tan acusadamente liberal como el señor Milei sea una de las personas más cercanas a Santiago Abascal, o más, digamos, en el otro lado, el caso de Orban o Polonia. Creo que son ganas de hacer daño al partido, de buscar siempre peleas internas que realmente yo no he visto.

He tomado una decisión puramente de cuestión personal, de carrera profesional y de un cambio de vida que ahora mismo es lo que necesito

No puedo condicionar mi decisión porque esté habiendo otras personas que salgan o esté pasando cualquier otra cosa. Si empiezo a pensar que hay elecciones en Galicia dentro de 15 o 20 días, pero luego pueden venir las vascas, luego vienen las europeas, luego igual convocan en Cataluña...,no me podría ir nunca. He tomado una decisión puramente de cuestión personal, de carrera profesional y de un cambio de vida que ahora mismo es lo que necesito.
Tengo una relación fantástica con las hipotéticas o posibles corrientes que dicen que hay, yo me llevo bien con todo el mundo. Con todas las personas que forman parte del CEN, con Santiago Abascal, con Ignacio Garriga, con Vox Madrid, por supuesto. A Rocío le tengo un cariño y un afecto como no te puedes imaginar, y a mis compañeros diputados también.
–Se celebra este fin de semana la Asamblea General que reelegirá a Santiago Abascal como líder del partido. ¿Cómo ve a Vox a nivel nacional?
–Todos los partidos tienen sus momentos de gran explosión, luego se van asentando...La vida de los partidos, como la de los seres humanos o la de cualquier organización, pasan por etapas de más expansión, luego a lo mejor se tienen que reajustar,... También es cierto que parece que se ha puesto todo el mundo de acuerdo en atacar a Vox al unísono, cosa que antes no pasaba tanto. Cuando empezamos hablaban mal de nosotros muchas veces, pero hablaban, ahora muchas veces directamente lo que hay es un silencio informativo, solo salen las cosas que puedan perjudicar a Vox.
Creo que el partido saldrá adelante porque tiene gente muy capaz, muy preparada. Y una de las cosas que puede defender Vox frente a cualquier otro es la coherencia. La posición que hemos mantenido desde el primer momento con el asunto de la inmigración y la inseguridad en los barrios de Madrid las defiende Rocío hace dos años, hace uno y hoy. La gente al cabo de los años y cuando lo mira con perspectiva acaba valorando a la persona que le dice la verdad y que es coherente en el largo plazo, y yo creo que en eso Vox es imbatible. Es un mensaje claro y muy limpio.
José Luis Ruiz Bartolomé, durante un momento de la entrevista

José Luis Ruiz Bartolomé, durante un momento de la entrevistaPaula Argüelles

–Menciona el problema de la inmigración. Usted que conoce de primera mano la región, ¿cuáles diría que son los principales problemas que tiene Madrid? ¿Qué queda por hacer?
–En Madrid hay muchos problemas. Una de las reflexiones que hemos hecho y que transmitimos en la campaña de hace pocos meses era: vamos a hacer un balance. ¿Está mejor la sanidad hoy que hace cuatro años? ¿La educación? ¿La vivienda? ¿La inmigración? Creo que no hay ningún problema que realmente haya mejorado o se haya solucionado en estos últimos cuatro años, y eso que nos hemos hartado de ofrecer ideas.
Quizás yo puedo entender mejor el problema de la vivienda, y lo que veo es que no se está haciendo todo lo que hay que hacer ni se están buscando soluciones. El Gobierno autonómico se conforma con muy poco. Piensan que con poder hacer a lo largo de esta legislatura 3, 4, 5 o 6000 viviendas a través de planes de colaboración público-privada, salvan el expediente y pueden sacar siete titulares a lo largo de los cuatro años, pero la realidad es que estamos en una provincia de 7 millones de habitantes, con unos 80-100.000 habitantes nuevos cada año y solo estamos entregando en torno a 12.014 mil viviendas, cuando haría falta por lo menos unas 30-40.000 al año. Es un déficit brutal que se acumula año a año y que está generando un problema verdaderamente grave en la ciudad, y no hay un plan.

La gente al cabo de los años acaba valorando a la persona que le dice la verdad y que es coherente en el largo plazo, y creo que en eso Vox es imbatible

En cuanto tienen la mayoría absoluta, eso sí, un aumento de un 20 % del presupuesto, 4000 y pico millones de euros, que eso muy liberal no sé si debe ser, lo digo porque el PP sí que va diciendo que es un partido liberal. La realidad es que han subido los impuestos y que han aumentado drásticamente el impuesto de patrimonio. Y si a eso añadimos que los únicos impuestos que pretenden bajar los próximos meses son a los no residentes, es decir, a extranjeros o a españoles que llevan viviendo fuera más de cinco años, ¿qué les queda a los de aquí? Creo que tienen que darle muchas vueltas a estas cosas. Hay muchas cosas que hacer. No solamente hablar, porque de las musas al teatro hay una gran distancia. Y eso es lo que le suele pasar siempre al Gobierno de Madrid.
–Rocío Monasterio cuando se reunió con Isabel Díaz Ayuso le ofreció formar una alianza frente al Gobierno central. ¿Qué augura de esta legislatura?
–Yo estuve en esa misma reunión. Y ahí es donde hablamos también de vivienda. Rocío le pone encima de la mesa: 'Yo te apoyo'. Por ejemplo, en el caso de inmigración, hablamos del asunto de Alcalá de Henares y de los problemas que había habido, y la presidenta reconocía que se había dado cuenta de la realidad, pero cuando Rocío le pone encima de la mesa 'hagamos esto', ahí se callan. Para hacer políticas que sean para mejorar la vida de los madrileños siempre van a encontrar a Rocío Monasterio y al Grupo Vox en Madrid, pero tienen que querer.
–Si le llaman para volver a la política, ¿volvería o ha dejado la puerta cerrada?
–Volvería, pero no pasado mañana. Necesito un tiempo importante para trabajar en esa familia que he dejado un poco de lado estos últimos años y también para reactivarme en el mercado del que yo vengo. Tengo inversiones pendientes de antes de meterme en política que tengo que acometer. Pero si dentro de unos años me llama Rocío diciéndome '¿oye, te apuntas a esto?', por supuesto que lo valoraré para tomar una decisión en su caso.
Igualmente se lo dije al secretario general, Ignacio Garriga, el otro día cuando estuve con él hablando de mi salida. Quedamos en que cuando quisiera podía tocar mi puerta y hablaríamos de lo que fuera. Sigo afiliado a Vox y sigo deseándole al nuevo Comité Ejecutivo Nacional todo el éxito posible en sus decisiones. Estoy convencido de que antes que después Vox llegará no solamente a los gobiernos regionales, que ya ha llegado, sino también al Gobierno de España.
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