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Zona donde la Guardia Civil de Huelva mantiene el operativo de búsqueda por la desaparición de una mujer de 48 años en Santa Olalla del Cala (Huelva)EFE

Detenido el sospechoso de haber hecho desaparecer a Noemí hace ocho meses en Huelva

Aunque el sospechoso se había deshecho su teléfono móvil habitual para no ser localizado, los investigadores lo han detenido en la Puerta del Sol

En cuanto supo que la Guardia Civil buscaba a Noemí, puso pies en polvorosa: abandonó su domicilio, se deshizo de su teléfono habitual y se escondió en una de las ciudades más pobladas de España para intentar pasar desapercibido: Madrid. Sin embargo, El Morenito, que es como llaman a este individuo de 30 años, cometió un grave error. No pudo evitar mantener contacto con sus seres queridos. Les llamó desde un teléfono nuevo.

Ese nuevo número acabó en manos de la Guardia Civil, que inmediatamente pidió una orden para que la operadora lo geolocalizase. A primera hora de la mañana la compañía lo situó y lo fue posicionando en tiempo real. El Morenito, que es muy peligroso, se dio cuenta de que lo seguían y trató de huir. Es por eso que se tiraron encima de él, aunque fuese en plena Puerta del Sol, llena de personas. Querían evitar que se fugase y se deshiciera de nuevo del teléfono.

Esta ha sido la culminación de una investigación que comenzó hace meses. Justo cuando Noemí Villar, de 48 años, desapareció el pasado junio en Santa Olalla del Cala, Huelva. El Morenito era su pareja. Los responsables de las pesquisas sospechan que la mató. Cuadra con el carácter violento que sus familiares directos han descrito. Su padre y su hermana han sido detenidos. Ellos son los que aportaron su nuevo número de teléfono. Quizá porque le tienen miedo: han sido víctimas de sus palizas.

Cuando los agentes preguntaron al padre de El Morenito donde estaba el cadáver de Noemí, el respondió: «No tengo ni idea, pero quizá la quemó. En aquellas fechas hizo muchas hogueras en el campo». Por eso los investigadores están peinando los campos cercanos al domicilio del sospechoso. Sin embargo, no creen que esa fuese la forma que usó para deshacerse del cadáver.

En los registros tampoco han encontrado nada que les haga tener bien atado el tema. Simplemente manejan su sospechoso comportamiento, y el enorme grado de violencia que ejercía con frecuencia sobre Noemí, pero pruebas directas o indirectas del crimen ahora mismo no hay. Aunque con la detención esperar poder un gran paso: que confiese y diga donde se deshizo del cadáver.

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