Fiesta de gigantes y cabezudos en Alcalá de Henares

Fiesta de gigantes y cabezudos en Alcalá de Henares

Del Corpus Christi de 1525 a las fiestas de 2025: 500 años de la comparsa de Gigantes y Cabezudos de Alcalá

Las principales fiestas de Alcalá se celebrarán del 22 al 31 de agosto y es el momento de mayor protagonismo de los gigantes y cabezudos

Cuando llegan las ferias a la ciudad, las calles se llenan de color, bullicio y música, de charangas, alegría e improvisación. Cuando somos niños, hay algo entre todo ese caos y música que nos llena de expectación y emoción… y es la comparsa de gigantes y cabezudos, que cada año sale entre aplausos, tambores y bailes. A algunos les provoca temor, a otros admiración, pero no hay niño que no se quede boquiabierto a su paso.

Los hemos visto desfilar desde siempre, pero la mayoría de la gente no se para a pensar cuántos años lleva realizándose esta procesión. Y es que en determinados lugares los gigantes han desfilado durante siglos por las calles de la ciudad. Es el caso de Alcalá de Henares, cuya comparsa de Gigantes y Cabezudos fue inaugurada en 1525 y este año cumple 500 años.

El origen de las comparsas de gigantes y cabezudos españolas es sorprendente: nacen para desfilar en las procesiones del Corpus Christi. El sentido de los gigantones es incierto, pero según su tipología se especula que podían tener distintos significados.

Algunos tenían carácter didáctico-religioso: representaban a personajes bíblicos o a santos. Otros representaban seres grotescos, que simbolizaban el mal y la herejía vencidos por Cristo. Y en la época de Felipe II empezó a haber parejas de gigantes indígenas, de distintas razas y continentes, que representaban la pluralidad del imperio español y la universalidad de la fe.

Incluso llegaron a existir gigantones que representaban pérfidos personajes históricos, como Ana Bolena. Había figuras que ya no existen hoy en día, como las tarascas, una especie de dragón de madera policromada que simbolizaba la derrota del mal, un ser maligno que sumisamente se postraba ante Cristo.

Anuncio Ferias y Fiestas de Alcalá de Henares de 1932 con dibujos de los gigantes y cabezudos

Anuncio Ferias y Fiestas de Alcalá de Henares de 1932 con dibujos de los gigantes y cabezudos

Alcalá de Henares es la tercera ciudad española que introduce a los gigantes y cabezudos en la procesión del Corpus. Toledo y Sevilla lo hacen apenas unos años antes. Además en este municipio madrileño se tiene constancia del primer pasacalles civil, fuera de la procesión del Corpus, pues en 1525 los gigantes aparecen en los festejos organizados con motivo de la entrada del Cardenal Fonseca en la ciudad, recién nombrado arzobispo de Toledo.

A lo largo del siglo XVI la costumbre se fue extendiendo por toda España, convirtiéndose en un elemento muy popular en todo tipo de festejos. La numerosa documentación que existe en cuanto a gastos municipales en reparación y mantenimiento de los gigantes nos permite imaginarnos su aspecto: grandes estructuras de madera policromada, con ropas y vestidos coloridos.

En el siglo XVII, ya en época barroca, se tiene constancia de que en Alcalá desfilaban siete gigantes, los cuales cada vez contaban con ropas y joyas más lujosas. Los cortejos eran siempre acompañados por tamborileros y gaiteros, algo parecido a las comparsas actuales.

La comparsa en 1945 delante de la Hostería del Estudiante- Colección Tomás de las Heras

La comparsa en 1945 delante de la Hostería del Estudiante- Colección Tomás de las Heras

En 1780, con la llegada de la Ilustración y los cambios de mentalidad en la sociedad y la corte, Carlos III prohíbe las comparsas de gigantones. Ya no se consideraban símbolos que avivaban la fe, sino algo irreverente y de mal gusto.

Según una real cédula de 1772: «semejantes figuras no solamente no autorizaban la procesión y culto al Santísimo Sacramento, […] sino que su concurrencia causaba no pocas indecencias, sólo servían para aumentar el desorden y distraer, o resfriar la devoción por la majestad divina».

Entonces, los gigantes desaparecen completamente de Alcalá. A medida que pasaron los años, la ley de Carlos III fue olvidándose y aunque jamás volvieron a las celebraciones religiosas, a mediados de siglo XIX en algunas ciudades los gigantones comienzan a desfilar en fiestas civiles, hasta volverse a popularizar cada vez más.

Cartel de Ferias y Fiestas de Alcalá de Henares de 1903

Cartel de Ferias y Fiestas de Alcalá de Henares de 1903

Nueva comparsa de gigantes

En Alcalá concretamente la tradición vuelve en 1902, cuando el Ayuntamiento decide encargar una nueva comparsa de gigantes con el propósito de desfilar en las fiestas de San Bartolomé, a finales de agosto.

Esta primera comparsa contó con tres gigantones: Don Quijote, Sancho y un gigante negro. A partir de los años 40 se fueron incorporando nuevos personajes: Blancanieves, un gitano, una vendedora de lotería, el maestro, Gepetto… En los años 70 se renuevan la mayoría de las piezas, ya que se hallaban muy deterioradas, y se introducen más personajes cervantinos.

Entre ellos, Dulcinea, el cura del Quijote, el propio Cervantes… Y también personajes propios de Alcalá, como los tunos o «la doctora de Alcalá» (María Isidra de Guzmán y de la Cerda). Las únicas figuras originales de los años 40 y 50, que han sufrido meras restauraciones pero no han sido reemplazadas, son la pareja de gitanos y Gepetto.

Comparsa Gigantes y Cabezudos en la Calle Mayor de Alcalá de Henares en 2018

Comparsa Gigantes y Cabezudos en la Calle Mayor de Alcalá de Henares en 2018

Lo que parecen enormes monigotes infantiles, una mera costumbre popular más, es en realidad testimonio de siglos de historia común.

Es impresionante imaginar a los niños de hace siglos disfrutando de la comparsa igual que nosotros. En el caso concreto de Alcalá de Henares, los gigantes serían contemplados por el mismísimo Miguel de Cervantes, por Lope de Vega y Quevedo en su etapa universitaria… En los ojos de los niños de hoy que aplauden a la comparsa, podemos ver los ojos de los abuelos de nuestros abuelos.

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