El convento que se «recicló» para convertirlo en la plaza de un pueblo

La España abandonada, con Álex NavajasEl Debate

La España abandonada

El convento que se «recicló» para convertirlo en la plaza de un pueblo

Cada semana, Álex Navajas descubre los lugares más sorprendentes del país. Hoy viaja hasta Tamajón (Guadalajara), donde se encuentra con los restos de un claustro completamente cubiertos de maleza

Lo sabemos de sobra: todos los monumentos, a lo largo de la historia, han sufrido expolios para reutilizar sus mejores materiales. Lo hicieron los musulmanes con las obras romanas, que a su vez lo habían hecho con las griegas, y así hasta el inicio de los tiempos. Si hay un palacio abandonado cerca de la aldea, ¿por qué no llevarse sus vigas de madera antes de que se echen a perder? Y así, claro, se echa a perder el palacio entero. Pero, ¡y lo bien que han quedado las espléndidas vigas de madera en la cuadra del paisano! En España hemos llegado a dinamitar monasterios del siglo XV para utilizar el escombro en construir una central eléctrica...

Esta vez he viajado hasta Tamajón, un pueblo de Guadalajara de 150 habitantes seguramente desconocido para el gran público, a poco más de una hora y cuarto de Madrid, pero que tiene un gran encanto que ofrecer. Muy cerca se encuentra la ciudad encantada, unas caprichosas formas rocosas que es una versión, más reducida, que la mucho más conocida que se encuentra en Cuenca. Allí mismo se ubica la estupenda ermita de la Virgen de los Enebrales, y ya en el pueblo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con su interesante galería porticada.

Una fábrica de vidrio

Tamajón llegó a ser un pueblo de mediana importancia, con casi 700 habitantes, una fábrica de vidrio «y algunos de los oficios y artes mecánicas más indispensables, algunos vecinos se dedican al carboneo y otros al corte y preparación de maderas y fustas para carruajes», detalló Pascual Madoz a mediados del siglo XIX. También tuvo un convento franciscano, el de la Concepción de la Madre de Dios, edificado en el siglo XVI y abandonado por la imposición de la infausta Desamortización de Mendizábal de 1835, que supuso una pérdida irreparable de patrimonio artístico español.

El monasterio está incluido en la Lista Roja de Hispania Nostra por su estado ruinoso –y peligroso– pero, entre la maleza aún se descubren los restos del claustro que se llevaron los vecinos para construir la plaza Mayor del pueblo.

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