Vista de la capital de Emilia-Romaña con su emblemática torre.

Vista de la capital de Emilia-Romaña con su emblemática torre.Getty Images/iStockphoto

La bonita ciudad de Italia con la torre medieval inclinada más alta del mundo (y no es Pisa)

En la región de la Emilia-Romaña hay otra joya turística «made in Italy» que no defrauda: patrimonio y gastronomía de primer nivel, y la torre inclinada con más carácter del mundo

A la capital de la región de Emilia-Romaña, al norte de Italia, se la conoce popularmente por La Dotta (La Docta, por su universidad de fama mundial), La Grassa (La Gorda, por su deliciosa cocina) y La Rossa (La Roja, por sus tejados rojos y algunos dicen que también por su color político). En lo que se refiere a su patrimonio, por albergar uno de los centros urbanos medievales más grandes y mejor conservados de Europa y por sus Portici (soportales o pórticos), que en 2021 fueron nombrados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su valor artístico y sociocultural.

La capital de Emilia-Romaña alberga uno de los centros urbanos medievales más grandes y mejor conservados de Europa

Los 62 km de longitud de los pórticos, de los que solo 40 km están en el centro histórico, hacen que esta ciudad sea única en el mundo. Pero hay otro símbolo que también hace única a Bolonia, y está mucho más visible: sus torres medievales, sobre todo la Torre degli Asinelli. Con una altura de 97,2 metros, es la torre medieval inclinada más alta del mundo, que no la más famosa, la de Pisa siempre estará ahí.

Vistas de vértigo

Vista de vértigo desde lo más alto de la Torre degli Asinelli.

Vista de vértigo desde lo más alto de la Torre degli Asinelli.Getty Images/Flavio Vallenari

Construida entre los años 1109 y 1119, la Torre degli Asinelli, una de las veinte torres que han sobrevivido a los siglos, forma pareja con la Torre Garisenda, las Due Torri de Bolonia. La Garisenda es más baja (mide 48 metros de altura en la actualidad, si bien medía inicialmente unos 60 metros) y está aún más inclinada que su hermana (3,2 grados frente a los 1,3 de la Asinelli). Esta torre debe su nombre a la familia Garisendi y es famosa porque aparece citada en La divina comedia, de Dante. Ambas torres han sobrevivido, contra todo pronóstico, a incendios, bombardeos, rayos y tormentas.

Se puede subir hasta lo más alto de la Torre degli Asinelli (más de 400 escalones) para contemplar una panorámica inigualable

La Torre degli Asinelli no solo supera en tamaño a la célebre Torre de Pisa (que mide 56 metros), sino también en vistas, ya que se puede subir hasta su cima (más de 400 escalones de madera) y contemplar una panorámica inigualable de los tejados rojizos y las cúpulas de Bolonia. Un esfuerzo que merece la pena y fortalece las piernas.

La ciudad de las cien torres

Las "Due Torri" inclinadas de Bolonia, la de Asinelli y la de Garisenda.

Las «Due Torri» inclinadas de Bolonia: la de Asinelli y la de Garisenda.Getty Images

Bolonia fue conocida durante la Edad Media como la ciudad de las cien torres. Se construyeron como símbolos de poder entre familias aristocráticas rivales, en una especie de competición vertical por demostrar estatus y riqueza. Hoy quedan en pie una veintena, pero nuestras Due Torri (Asinelli y Garisenda) siguen dominando el perfil urbano como guardianas de la historia local.

Las torres de Bolonia eran símbolos de poder entre familias aristocráticas rivales, en una competición vertical por demostrar estatus y riqueza

Más allá de su silueta, Bolonia presume de haber sido siempre una ciudad de saber. Aquí se fundó, en 1088, la Universidad más antigua del mundo occidental, por la que han pasado figuras como Erasmo de Róterdam, Petrarca o Copérnico. Y esa tradición intelectual aún se respira en sus calles llenas de librerías, cafeterías bohemias y un ritmo de vida marcado por los estudiantes.

Pórticos infinitos

Los pórticos de Bolonia son Patrimonio de la Humanidad.

Los pórticos de Bolonia son Patrimonio de la Humanidad.Getty Images

Y luego tenemos la red de soportales (portici) reconocidos por la Unesco y que permiten recorrer la ciudad a resguardo del sol o de la lluvia. Los portici conectan plazas e iglesias, palacios renacentistas y mercados sin perder el hilo de la vida cotidiana local. Entre otros lugares imprescindibles de Bolonia están la Piazza Maggiore, corazón monumental de la ciudad; la basílica de San Petronio, una de las mayores de Europa, y la Archiginnasio, antigua sede de la universidad, con un teatro anatómico que deja sin palabras.

Capital muy gastronómica

Aperitivo italiano con mortadela en una terraza de Bolonia.

Aperitivo italiano con mortadela en una terraza de Bolonia.Getty Images/RossHelen

Bolonia es también sinónimo de cocina auténtica. Ya habrá adivinado el lector que de aquí es originaria la salsa boloñesa o ragú alla bolognese. Aunque fuera de Italia esta salsa se asocia comúnmente con los espaguetis, en Bolonia tradicionalmente se sirve con tagliatelle, una pasta más plana y ancha. Otros platos emblemáticos de su gastronomía son los tortellini in brodo, la mortadela artesanal o las lasañas (aquí aseguran que son las más sabrosas del mundo). En mercados como el Mercato di Mezzo y en las trattorias familiares se podrá comprobar y probar la fama de su gastronomía.

Sin masificaciones

Plaza Mayor de Bolonia.

Plaza Mayor de Bolonia.Getty Images

Y como buena ciudad universitaria, la noche boloñesa es animada, con terrazas que se llenan de conversaciones, copas de lambrusco y actuaciones improvisadas en calles con siglos de historia. También, a diferencia de otras ciudades italianas más conocidas, Bolonia está a salvo del turismo masivo y mantiene un equilibrio admirable entre autenticidad, monumentalidad y vida local. Un destino auténticamente italiano que no defrauda: patrimonio y gastronomía de primer nivel y la torre inclinada con más carácter del mundo que sigue, pelín inclinada, como con un deje de chulería, desafiando a la historia.

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