Carmen Sevilla el día de su 80 cumpleaños
Carmen Sevilla, la reina del cine español que se olvidó de que lo fue
La actriz lleva una vida discreta, tranquila y alejada del foco mediático desde que ingresó en una residencia por el alzhéimer, que padece desde hace más de una década
Actriz, cantante, bailarína, presentadora de televisión… María del Carmen García Galisteo, comúnmente conocida como Carmen Sevilla, es uno de los rostros femeninos que han marcado la historia artística y comunicativa de nuestro país. Considerada como una de las estrellas internacionales más icónicas de la Época de Oro, la andaluza de 91 años cuenta con una larga y exitosa carrera profesional a sus espaldas que tuvo que dejar aparcada a causa de su avanzada edad y de una complicada enfermedad que es incurable.
Hace varios años, a la respetada intérprete le diagnosticaron alzhéimer, una patología a través de la cual poco a poco fue perdiendo su memoria. En el año 2015, su familia decidió trasladarla a una residencia donde estuviese bien atendida por profesionales durante las 24 horas del día y ahora, a sus 91 años de edad, la flamante presentadora continúa ingresada en el citado centro de mayores situado a las afueras de Madrid, aunque lo cierto es que su estado se ha ido viendo cada vez más debilitado con el paso de los años.
Carmen Sevilla, Rocío Jurado y Ortega Cano, en julio de 2001
Desde ese momento en el que su vida pegó un giro de 180 grados, poco se ha sabido de la televisiva, ya que ha sido precisamente su hijo quien se ha encargado de mantenerla alejada del foco mediático para que gozase de una vida más tranquila. No obstante, de vez en cuando, Augusto Algueró concede unos minutos a la prensa para aclarar el estado de su progenitora, como ocurrió hace escasos días cuando quiso visitarla y celebrar con ella su santo.
Lo hizo acompañado de sus hijos y de Moncho Ferrer, íntimo amigo de la sevillana. Augusto reconoció que su madre está «estable, tranquilita, muy cuidada y sin sufrir ningún dolor». Además, aclaró que la ve con bastante frecuencia y que muchas de sus visitas las realiza junto a sus hijos, los nietos de la artista.
No obstante, su enfermedad le impide disfrutar de todos ellos tal y como le hubiese gustado, o al menos así lo dejó entrever su propio hijo al declarar: «Desgraciadamente, ya no reconoce a nadie. Somos conscientes de la realidad, no queda más remedio». Aun así, afirmó que ni siquiera su enfermedad le ha arrebatado esa entrañable sonrisa que un día encandiló al público español. «No se le ha ido la sonrisa de la cara», detalló.
La novia de España
Carmen Sevilla nació el 16 de octubre de 1930 en el seno de una familia acomodada y afincada en la capital hispalense. Hija de Antonio García Padilla, un letrista que llegó a trabajar con grandes artistas de la talla de Concha Piquer o Estrellita Castro, y de Florentina Galisteo Ramírez, la andaluza vio cómo pasada su adolescencia se convirtió en una de las figuras españolas más importantes del país gracias a sus grandes dotes para el mundo del espectáculo.
Con tan solo 17 años logró debutar en el cine junto a Estrellita Castro en la película Serenata Española. Su profesionalidad, sus tablas, su simpatía y su indudable atractivo le hicieron proclamarse 'novia de España', un apodo que le ha acompañado durante el resto de su vida. Llegó a trabajar en las compañías del Príncipe Gitano y de Paco Reyes, y a participar en clásicos como Jalisco canta en Sevilla, Marco Antonio y Cleopatra, o Nosotros los decentes. Además, trabajó en los programas más míticos de la televisión como Mañana serán las estrellas, el primer talent show de Telecinco, el Telecupón, o Cine de Barrio, el programa que supuso su regreso a la pequeña pantalla tras una larga temporada alejada por completo del medio a raíz de la muerte de su marido. Su profesión le permitió codearse con grandes artistas como Rocío Jurado o Lola Flores, con quien llegó a forjar una estrecha e indestructible amistad.
Boda de Carmen Sevilla y Augusto Algueró en febrero de 1961
En el terreno sentimental a la artista nunca le ha ido mal. Y es que a pesar de tener un sinfín de pretendientes, muchos de ellos conocidos, como Carlos Arruza, Luis Mariano, o Mario Montero ‘Cantinflas’, lo cierto es que solo fueron dos los hombres que lograron conquistar su corazón. El primero de ellos fue Augusto Algueró, con quien contrajo matrimonio en 1961 y con el que tuvo a su primer y único hijo. Años después de separarse del compositor, rehizo su vida con Vicente Patuel, un empresario con el que también llegó a pasar por el altar en 1985.
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