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El cantante Julio Iglesias en la década de los 80GTRES

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Los dos grandes dramas que han marcado la vida de Julio Iglesias

El cantante tuvo un accidente que casi le cuesta la vida y sufrió el secuestro de su padre

Julio Iglesias cumple 80 años, una cifra redonda a la que llega sin ser noticia por méritos propios y refugiado completamente en su trío de lugares favoritos: entre la isla privada de Indian Creek, en Miami; Punta Cana, en República Dominicana; y las Bahamas. Hablar a estas alturas de su éxito es redundar en algo que ya se sabe por descontado. Pero nunca está de más recordar que no todos los cantantes logran entrar en el récord Guinness por vender 350 millones de discos –26 en España– traducidos a 14 idiomas, a lo largo de una carrera de 60 años, en los que ha actuado más de 5.000 veces ante 60 millones de espectadores. Uno de sus conciertos más inolvidables fue cuando llenó el Santiago Bernabéu, en 1983, en una época en la que el fenómeno fan aún no tenía en nuestro país la fuerza de ahora. Y él lo hizo.

Sobre su carrera se podrían escribir interminables líneas y en todas aparecería definido como un mito. No recibiría la misma categoría al hablar de su vida personal. Él nunca ha dado lecciones de ser un buen padre ni tampoco el marido perfecto. Se dedicó por y para su música, descuidando por el camino algunas tareas y experiencias como la educación y crecimiento y de sus hijos, respectivamente. Las largas ausencias del hogar familiar, con motivo de sus kilométricas giras de conciertos, no tuvieron reemplazo posible. No obstante, él lo asumía con humor y definía esta faceta como una «paternidad folclórica».

En su convalencia por el accidente de tráfico, aprendió a tocar la guitarraGTRES

Julio iglesias siempre tuvo una fama de conquistador ganada a pulso. Su relación sentimental y posterior matrimonio con Isabel Preysler sacudió la crónica social patria. Se divorciaron en 1979 y, a menudo, era portada de las revistas del corazón por sus líos de faldas con mujeres como Sydne Rome, Giannina Facio, la actriz tahitiana Vaitiare, la modelo Dasy Núñez, Randy, y un largo etcétera. Una extensa lista de romances que le hicieron ir de flor en flor hasta que llegó a su vida –para quedarse– Miranda Rijnsburger, quien conoció a Julio Iglesias en 1990 en el aeropuerto de Yakarta, donde fue a trabajar como maniquí. De su mano logró sentar la cabeza, bajar de pulsaciones su díscolo corazón y formar una familia.

Lo cierto es que no todo ha sido deslumbrante para él durante estos 80 años. Julio Iglesias ha tenido que lidiar con dos momentos muy complicados a nivel personal. El primero fue el accidente de tráfico, en el año 1962, que le ocasionó múltiples fracturas y una lesión en la columna que le dejó parcialmente paralítico durante un tiempo. Esto le ocasionó secuelas en el futuro en forma de problemas de movilidad que le han hecho aplazar giras. Además, de ahí proviene su manía de cerrar los ojos mientras canta. A raíz de este impacto con su coche, su sistema nervioso no funciona correctamente y reconoció que, si los abre, puede perder fácilmente la concentración al cantar.

El doctor Julio Iglesias Puga con su pareja Ronna Keitte©KORPA

Más doloroso que los problemas en su espalda fue ver cómo la banda terrorista ETA secuestraba a su padre, el doctor Iglesias Puga. Ocurrió la víspera de fin de año de 1981. El 30 de diciembre recibió la noticia de la desaparición de su progenitor, a quien estaba muy unido. Años después lo recordaba con sentimiento de culpa en Hola!: «El secuestro de mi padre es el impuesto más grande, el más dramático y duro que yo pago por mi éxito. Si no fuera quien soy, a mi padre no lo hubieran secuestrado». Afortunadamente, la Policía dio con el paradero donde estaba retenido: Zaragoza. El padre de Julio Iglesias fue liberado el 17 de enero de 1982, dejando atrás el segundo gran drama de su vida. El resto, ya es historia.