La herencia que deja Concha Velasco a sus dos hijos

Si por algo fue conocida Concha Velasco en el mundo del espectáculo fue por ser una trabajadora nata. La vallisoletana, que fallecía el pasado 2 de diciembre en un hospital de Madrid, dejaba atrás un reconocido legado de más de 60 años sobre el escenario y una trayectoria inigualable en nuestro país. Sin embargo, eso no se habría traducido de la misma manera en su herencia. Al parecer, la artista se ha ido de este mundo sin apenas propiedades y con muy poco que dejar a nivel económico a sus dos hijos: Manuel y Paco, de 47 y 44 años respectivamente.

Aunque por el momento se desconoce cuál es la herencia concreta que deja la actriz, que ha fallecido a la edad de 84 años, lo cierto es que los últimos datos financieros sobre la apodada como chica ye-yé datan de 2019, cuando tuvo que vender uno de sus inmuebles para hacer frente a Hacienda. En concreto se trataba del piso de la calle Princesa de Éboli de Madrid, una venta que fue dolorosa pero necesaria. Y es que si no se retiró antes de los escenarios, aseguró, fue por sus deudas con la Administración. Además, la actriz era administradora única de Velasco Varona S.L., la cual registró un patrimonio de 526.000 euros en el año 2017, una cifra menor que en años anteriores, lo que daba cuenta de que se estaba poniendo al día con sus deudas. Precisamente en 2019 aseguró haber terminado de pagarlas en su totalidad.

El origen de sus problemas económicos se remonta a su relación con Paco Marsó. De hecho, la actriz se vio obligada a mudarse a la habitación de un hotel de la capital al perder su vivienda en el proceso de separación del que había sido su marido y compañero de batallas. En estas, el dinero tuvo mucha presencia. Y es que Concha, que durante décadas fue una de las actrices más solicitadas, principalmente en los 50 y los 60 con títulos como ‘Las chicas de la Cruz Roja’ o su papel en ‘Teresa de Jesús’, vio como desaparecía toda su fortuna a través de los bolsillos de Paco así como las deudas de ambos con Hacienda y los diversos proyectos profesionales que pusieron en marcha y que no salieron bien.

Casados en 1977, Concha y Paco trabajaron de manera conjunta y una de sus iniciativas fue la producción teatral. A pesar de las ganas que pusieron en el proyecto a través de varias obras, este no recibió el resultado esperado, por lo que en 2001 ambos se vieron obligados a vender su mansión en La Moraleja para satisfacer una deuda con Hacienda cifrada en 138.000 euros así como el impago de la hipoteca, que ascendía a más de 360.000 euros. Posteriormente, la pareja se trasladó al piso que tenían en Madrid y que Paco había estado utilizando como despacho. Fue entonces cuando llegó otra de sus grandes ruinas.

Y es que ese mismo año, el matrimonio puso en marcha uno de sus grandes sueños: el musical Hello, Dolly. Sin embargo, la ambiciosa suma invertida terminó por arruinar a Concha Velasco, que comenzó a aceptar todos los trabajos que le ofrecieron en televisión para poder remontar su situación. A ello se sumó, además, la gran pasión de Paco Marsó por la noche, donde entre amantes, alcohol y su afición por el casino llegó a perder mucho dinero. Tanto que tuvieron que vender su piso en el barrio de Sanchinarro.

Ante tal situación, la artista decidió divorciarse de Paco en 2010, algo que había intentado hacer en otras ocasiones pero que no llegó a materializarse porque no tenían dinero para hacerlo. «¿Qué íbamos a hacer, repartir las deudas?», llegó a confesar ella. Meses después, Marsó fallecía agravando aún más la situación económica de Concha con los impagos mencionados. Tanto es así que la vallisoletana desveló en 2021 que había vendido una cubertería para poder comprar en la farmacia. Precisamente, ese mismo año era ingresada en una residencia de mayores a causa de sus dolencias, las cuales la llevarían a permanecer interna en la misma hasta su muerte.