Fundado en 1910

Irene Urdangarin

Qué significa el Cristo Mutilado que lleva Irene Urdangarin, durante su misión en Camboya

También lo ha lucido su madre la Infanta Cristina, en sus viajes a Camboya, su abuela, la Reina Sofía

Irene Urdangarin aterrizó en Camboya la segunda quincena de enero. La hija pequeña de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin pasará en el país asiático los próximos seis meses y la revista ¡HOLA! publica en exclusiva no solo las primeras imágenes de la joven voluntaria, sino todos los detalles de su misión allí. Siguiendo los pasos de su madre y de su hermano Juan, Irene está allí como cooperante de la ONG Sauce. Una organización solidaria fundada por Enrique Figaredo, prefecto apostólico de la ciudad de Battambang, amigo cercano de los Borbón y artífice del vínculo de la familia con Camboya en general y su proyecto solidario en particular.

Desde su llegada a Camboya, Irene comparte con otra voluntaria una pequeña casa en el centro Arrupe, en un recinto en el que también se alojan el resto de compañeros, niños con discapacidad y profesionales especializados en sus cuidados. Desde allí se coordinan las tareas de todos los que forman el equipo de Sauce. Para ellos la jornada arranca a las 5 de la mañana y una hora después salen del lugar las camionetas que llevan a los voluntarios a las zonas rurales en las que desarrollan sus trabajos. Irene, en concreto, forma parte de un grupo dedicado a la formación y educación de niños discapacitados y marginados, siendo su meta final conseguir que estos pequeños y sus familias vivan en condiciones de dignidad y tengan acceso a oportunidades de mejora.

Irene Urdangarin, durante la celebración del 60º cumpleaños de su tía, la Infanta ElenaGTRES

En las imágenes se ve a una joven feliz. Con 18 años cumplidos en junio, los planes de la benjamina de la Infanta Cristina eran otros hasta hace pocos meses. Tal y como se había conocido, soñaba con formarse en una de las mejores escuelas de hostelería del mundo, ubicada en Suiza, pero en algún momento las cosas cambiaron y optó por vivir la misma experiencia que su hermano Juan en el pasado. Con ropa cómoda y sencilla y su larga melena recogida, se puede ver a Irene disfrutando de un paseo en bicicleta con el padre Kike Figaredo y también en la camioneta que le traslada al lugar en el que le toca desempeñar su labor.

Relajada, sonriente y natural, llaman la atención dos cosas en su look: unos pendientes de jirafa y una cadena de la que cuelga el Cristo Mutilado, una cruz camboyana que hace referencia al daño que han hecho en el país las minas antipersona que, años después del conflicto, aún permanecen escondidas entre los arrozales del país. Un colgante que también ha lucido su madre en sus viajes a Camboya y con el que se ha visto a su vez a su abuela, la Reina Sofía. A pesar de que su misión en el país no deja demasiado tiempo libre para los cooperantes, Irene Urdangarin y sus colegas visitan, cuando pueden, el Lonely Tree Café. Un local en el centro de la ciudad que emplea a discapacitados y que fusiona, en sus cocinas, la gastronomía típica camboyana con española.

Una aventura solidaria que poco tiene que ver con la vida que ha tenido hasta ahora o con la carrera profesional por la que se había decidido. Es cuestión de tiempo ver si, el contacto con la pobreza, las minas antipersona o una forma de vida casi opuesta a la que estaba acostumbrada, termina por cambiar sus planes de futuro.