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Hasta 2019, Clarence House abría al público durante los dos meses de verano

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Así es por dentro Clarence House, la residencia que Carlos III ha cerrado al público por falta de personal

La decisión supone una decepción para aquellos que deseaban hacerse una idea de cómo la residencia real del monarca

Ni siquiera la monarquía es inmune al Brexit. La casa de Carlos III y Camila en Londres, Clarence House, estará cerrada a los turistas este verano debido a la escasez de personal a consecuencia de la pandemia y la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Los funcionarios del Palacio esperaban que la residencia estuviera lista para el público en las próximas semanas junto a otro retiro real en el castillo de Windsor, Frogmore Cottage, donde el Príncipe Harry y Meghan Markle celebraron la recepción de su boda hace ya 6 años. Sin embargo, la Royal Collection Trust, el departamento de la Casa Real que supervisa las visitas turísticas en los inmuebles reales y organiza exposiciones en ellas, ha tenido dificultades para encontrar personal dispuesto a trabajar en empleos como el de recepcionista o restaurador. Lo habitual es que esta contrate alrededor de 350 trabajadores adicionales en la época estival, pero este año no ha sido capaz de rellenar todas las solicitudes.

La decisión ha supuesto una auténtica decepción para aquellos que deseaban hacerse una idea de cómo vive el Rey en realidad. Sobre todo, porque el interés por este edificio de cuatro pisos construido en el siglo XIX en The Mall (la zona londinense entre el Palacio de Buckingham y Trafalgar Square) ha aumentado de forma considerable desde su coronación hace poco más de un año.

Lo cierto es que, aunque nadie es capaz de cuantificar cuán importante es la Familia Real para el turismo británico, sus residencias se han convertido sin duda en atracciones populares desde que abrieron por primera vez al público durante el verano de 1993. Solo el año pasado, por ejemplo, el castillo de Windsor atrajo a más de 5 millones de visitantes, convirtiéndose en la tercera atracción más visitada de todo Reino Unido.

La Royal Collection Trust esperaba que la reapertura estival de Clarence House pudiese competir con esta cifra, superándola incluso. Se cerró por obras de restauración en 2019 y, desde entonces, nunca ha vuelto a abrir, a pesar de que Carlos III siempre la mencionó como una de las propiedades que el Rey quería que el público viera más cuando accediera al trono.

La llamada 'morning room'

La llamada 'morning room'The Royal Family

Fue bastante antes, en 2003, todavía era Príncipe de Gales, cuando se trasladó a vivir aquí, justo un año después de la muerte de su abuela, la Reina Madre, que vivió en la casa más de 50 años junto a la Princesa Margarita, aunque la menor de sus hijas acabaría instalándose tiempo después en un apartamento del Palacio de Kensington.

El edificio es obra del arquitecto y urbanista inglés John Nash que lo construyó por encargo del duque de Clarence que, en 1830, acabó convirtiéndose en el Rey Gillermo IV. El antiguo recorrido turístico comenzaba por la Lancaster Room, antaño la habitación del secretario del duque de Clarence, primer dueño de la casa -de ahí su nombre-, y continuaba por las otras cuatro estancias de la primera planta, la parte de la casa en que se desarrolla la vida pública de los Reyes.

Desde la biblioteca se da paso al salón

Desde la biblioteca se da paso al salónRoyal Collection

De todas ellas, la más famosa es la denominada morning room. Pensada originalmente como la sala del desayuno, acogió durante años los actos oficiales más importantes que tienen lugar en la casa. Por ejemplo, la recepción del príncipe Carlos y la duquesa Camilla a los reyes de España durante su visita de 2017.

En segundo lugar, destaca la biblioteca, que sirve de nexo entre la morning room y el salón. Presidida en el centro por una amplia mesa redonda, la estancia es utilizada como sala de recepción para reuniones de carácter informal. Una lámpara de cristal y dos estanterías colmadas de libros a ambos lados de la puerta ponen una nota cálida y acogedora en el espacio. Le sigue la dining room, cuya sala está presidida por una mesa rectangular de madera para doce comensales y las sillas a juego al más puro estilo chippendale.

La habitación del jardín está decorada con aires orientales

La habitación del jardín está decorada con aires orientales

No hay que olvidar tampoco la denominada habitación del jardín, repleta de influencia oriental, pero llamada así por los cuatro grandes ventanales que dispone y dan directamente a la zona ajardinada de la casa y que comparte con el palacio adyacente a la casa, St. James.

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