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La preocupante salud de Mohamed VI, el Rey enfermo de Marruecos
El monarca sufre desde hace años varias enfermedades y ha tenido que pasar por quirófano en distintas ocasiones
Mohamed VI ha vuelto a sufrir un revés de salud. El monarca marroquí tenía que ser intervenido de urgencia de su hombro izquierdo tras sufrir una caída durante una actividad deportiva el pasado 8 de diciembre. Fue trasladado a las instalaciones de la clínica del Palais Royal de Rabat donde fue tratado con celeridad de la fractura del húmero que había sufrido. Tras la operación, los médicos de la clínica estimaron que el Rey alauí debería mantener, al menos, durante 45 días el hombro inmovilizado. Tras dicho periodo se realizarán tareas de rehabilitación pertinentes que aseguren al Rey de 61 años recuperar su movilidad.
Como consecuencia, el monarca tendrá que modificar su agenda las próximas semanas cancelando gran parte de los actos, en especial, su visita de Estado a Qatar, donde se reuniría con el jeque Tamim bin Hamad Al-Thani para estrechar lazos comerciales y debatir el futuro de los conflictos que afectan a la región de Oriente Medio. No sería la primera vez que debe hacer un parón en su agenda debido a su débil estado de salud.
El pasado mes de octubre, sin ir más lejos, la familia real alauí recibió la visita de Estado de Emmanuel y Briggitte Macron. En la ceremonia en la que se firmaron varios acuerdos entre el Reino de Marruecos y la república de Francia, el Príncipe heredero Moulay Hassan retiró la silla en la que estaba sentado su padre para que pudiera levantarse sin tropezarse. Luchó por mantenerse erguido, pero difícilmente lo consiguió. Algo similar sucedió en julio cuando, en el Día Nacional, apenas podía mantenerse en pie.
Las imágenes se suman a otras más recientes donde el monarca de 61 años lucía muy débil. El 14 de julio, por ejemplo, condecoró en su palacio de Tetuán a la atleta Soufiane El Bakkali, medallista de oro olímpica en París. La audiencia fue muy breve y las imágenes mostradas en televisión fueron cuidadosamente editadas para presentar al Rey de la mejor manera posible.
La televisión, sin embargo, no pudo editar la retransmisión en directo de su discurso del mes de octubre con el que inauguró la sesión de otoño del Parlamento. Mohamed VI nunca ha sido un gran orador, tal y como evidencian los medios del país, pero este fue uno de los más dolorosos. En apenas nueve minutos leyó un texto con voz monótona y temblorosa sin levantar los ojos. Incluso parecía respirar con cierta dificultad.
Más allá de estos episodios públicos, existen otros detalles que indican que la salud del monarca es cada vez peor. La tradicional beia en la que se le rinde pleitesía apenas duró 17 minutos, cuando años anteriores la ceremonia se había alargado mucho más. Las vacaciones de verano del Rey en El Rincón, el paraíso mediterráneo en el que veranea, se vieron interrumpidas por un par de viajes en su avión B747 a Rabat, de apenas unas horas de duración, para recibir tratamiento en el hospital.
Durante décadas ha padecido la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmune que puede provocar hipotiroidismo, y EPOC, que reduce el flujo de aire y provoca dificultades respiratorias. Aunque el Rey ya no fuma, esta última y grave enfermedad ha empeorado durante el último año, según fuentes familiarizadas con su salud.
Además, también ha sido sometido a dos cirugías. La primera, en París, en 2018. Y la segunda, en 2020, por aleteo auricular, un tipo de arritmia cardiaca. En ambos casos, la Casa Real informó posteriormente del éxito de las operaciones. Previamente también tuvo que ser intervenido en el Centro Clínico de Oftalmología Quinze-Vingt de París para extirparse un tumor benigno que le había crecido en el ojo izquierdo y le invadía la córnea.
Más allá de esos problemas que se han comunicado de manera oficial por el hermético régimen alauí, existen otras especulaciones sobre los trastornos que podrían afectar al Rey de Marruecos. Y es que se ha hablado de que el soberano podría padecer sarcoidosis, una enfermedad crónica, pero no letal de carácter inmunológico que puede afectar a cualquier órgano y causa la formación de pequeños granulomas (masa de tejido anormal), incluidos los pulmones. Los síntomas más comunes son cansancio, pérdida de apetito y de peso o fiebre, lo que justificaría que Mohamed VI aparezca siempre más pálido, delgado y demacrado.