Las uñas rosa chicle de la Princesa Charlotte, a debate: ¿qué manicura permite el protocolo real?

Alcaraz no pudo llevarse a casa el ansiado trofeo de Wimbledon, que fue a parar a Janik Sinner. El tenista de 23 años dominó el juego ante los más de 15.000 espectadores congregados en la pista central del torneo inglés. Entre los asistentes, un orgulloso Rey Felipe VI se sentaba junto al Príncipe Guillermo y su hijo, el Príncipe George. A su lado, las mujeres de la familia real, Kate Middleton y la Princesa Charlotte.

La joven de tan solo diez años fue capaz de eclipsar a su madre, que acudió a la cita con un vestido azul elegante, sobrio y significativo de líneas depuradas que favorecía su silueta y su tono de pelo. Su hija, en cambio, apostaba por un vestido blanco con volantes y detalles negros apoyando el mismo código de vestimenta de los tenistas en el torneo. Completó su look con un semirrecogido trenzada, delicadas pulseras a juego y una manicura rosa chicle del todo inesperada tratándose de una royal.

Pare que Kate Middleton está permitiendo que su hija explore su personalidad más allá de las tradiciones reales. Su bisabuela, la difunta Reina Isabel II, por ejemplo, siempre apostaba por tonos neutros de bailarina. Así lo indica la carta que su maquillador personal escribió a la marca Essie en 1989 solicitando la laca de uñas del color Ballet slippers, el único que llevaba. Su madre, en cambio, opta siempre por llevar las uñas cuidadas y pulidas, pero sin ningún rastro de esmalte permanente.

En realidad, no hay una norma que establezca qué tipo de manicura deben llevar las royals europeas. Depende más del gusto de cada una. Ahora bien, hay ciertas ocasiones en las que el protocolo real no ve adecuado lucir unas uñas que no sean rectas, cuadradas y cortadas al ras y con un tono natural nude o rosa claro. Esta regla no escrita podría responder también a cuestiones de practicidad, ya que, en muchas ocasiones, suelen tener varios actos el mismo día, lo que supone un cambio de vestuario en el que no tendrían que preocuparse si la manicura combina con él o no.

Si bien los tonos neutros se consideran la norma, hemos visto a las Windsor, en particular las generaciones más jóvenes, romper con las reglas en varias ocasiones. La Princesa Eugenia y Sofía, condesa de Wessex, son las experimentadoras de uñas más audaces de la Familia Real.

Aunque quién sembró la mecha fue, como en casi todo, Lady Di. La difunta Princesa de Gales no dudaba en apostar por la manicura en tonos rojos. Un color que lució con su famoso vestido negro de la venganza, en su primera aparición pública tras conocer su divorcio del entonces Príncipe Carlos. Sarah Ferguson siguió la estela –en el divorcio y en materia beauty– y no dudó en aparecer en actos públicos con colores oscuros como el vino.

¿Y en España? La Reina Letizia no es simpatizante de llevar medias ni siquiera con temperaturas gélidas, pero otra de sus elecciones es la de no pintarse las uñas nunca. En los primeros planos que los fotógrafos nos ofrecen de ella podemos apreciar que siempre las lleva cortas, sencillas y sin ni siquiera brillo transparente.

¿Protocolo o costumbre personal? Parece que la mujer de Felipe VI ha evolucionado y opta siempre por seguir el decoro y las pautas de estilo con elegancia. No así, en sus primeros años de reinado, cuando apostaba en ciertos eventos por manicuras vibrantes en colores rojos y burdeos.