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Los Aesir alrededor del cadáver de Balder, obra de Eckersberg

¿Sabías que el muérdago fue un arma mortal? La oscura leyenda detrás de la planta

Los griegos lo utilizaban en sus bodas como símbolo de fertilidad, y los romanos lo colgaban en sus casas porque daba buena suerte

Lo de darse un beso debajo del muérdago es algo que todos hemos visto en las películas de Hollywood y pensamos que es propio de la época navideña, pero aunque parezca una tradición romántica y muy navideña, su origen es muy antiguo, parte de una historia bastante macabra y nada tiene que ver con la Navidad sino con la magia y el mundo mitológico de los pueblos nórdicos.

Por seguir con las referencias cinéfilas, hace unos años se estrenó la película de Los Vengadores, en la que aparece Thor, el dios del trueno, que llegó al planeta tierra desde Asgard. ¿Por qué cuento esto? Resulta que Asgard existe, por lo menos en las sagas nórdicas, donde se explica que era el mundo en el que habitaban los dioses nórdicos.

En Asgard empieza esta historia del muérdago. Aquel lugar imaginario lo lideraba Odín, dios de la guerra y la sabiduría, junto a su esposa Frigg, diosa del amor, la fertilidad y la belleza. La pareja tenía varios hijos, entre ellos estaba Balder, que era dios de la luz. También estaba Loki, como hijo adoptivo de Odín. Loki igual que en las películas era el dios del «engaño» y podríamos decir que no se llevaba muy bien con los demás dioses. De hecho, según cuentan las sagas tenía mucha envidia de su hermanastro, el dios de la luz.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con el muérdago? Un día cualquiera, Balder, dios de la luz, empezó a tener unos sueños muy raros sobre cómo iba a morir. Esto puede parecer poca cosa, pero en la mitología nórdica los sueños eran también presagios y advertencias de lo que podía suceder en la vida real. Como Balder no paraba de tener este tipo de sueños, se lo contó a su madre, la diosa Frigg, que tomó medidas al respecto. Pidió a cada ser vivo, planta, roca o mineral que realizaran un juramento de protección para que no hicieran daño a su hijo. Todos los seres aceptaron salvo uno.

El muérdago de la muerte y el amor

Había una planta pequeña y aparentemente inofensiva que se le había pasado por alto a la diosa Frigg: el muérdago. La diosa pensó que esa planta era inofensiva y que no podría causar problemas a su hijo. Sin embargo, Loki estaba al acecho y vio una oportunidad irrepetible para acabar con su hermano. Durante una reunión de dioses en Asgard, sabiendo que nada podía hacer daño a Balder, las demás divinidades le empezaron a lanzar diferentes objetos a modo de broma.

La muerte de Balder es representada en esta ilustración de un manuscrito islandés del siglo XVIII

Una de las pruebas consistió en disparar flechas contra el dios de la luz, lo que nadie podía imaginar es que Loki llevó un arco con flechas hechas de muérdago. Uno de los dioses lanzó una flecha a Balder y el resultado fue devastador. La flecha atravesó el corazón de Balder, matándolo al instante. Todo el mundo lloró su muerte y su madre, la diosa Frigg, intentó devolverlo a la vida. El final de esta historia, que además explica por qué hoy se utiliza el muérdago en navidad, tiene varias versiones.

Una de ellas cuenta que Frigg lloró durante tanto tiempo que sus lágrimas hicieron brotar una rama de muérdago y los dioses viendo aquel gesto devolvieron la vida a su hijo Balder. Desde entonces la planta pasó de ser un arma mortal a un símbolo de paz y amor profundo. Otra leyenda cuenta que para que el dios de la luz volviese a la vida todos los seres del mundo debían llorar, sin excepción. Así lo hicieron todos menos una gigante llamada Thökk, que en realidad era Loki metamorfoseado. Aunque Balder no resucitó, su madre hizo que el muérdago se convirtiese en la planta de la reconciliación y el amor, para que no causara más muertes.

Las últimas palabras de Odín a Balder (1908) por W. G. Collingwood

Un símbolo de amor universal

Más allá de las sagas nórdicas, también los griegos y romanos creían que el muérdago tenía propiedades curativas y que era símbolo de paz y amor. Los griegos lo utilizaban en sus bodas como símbolo de fertilidad, y los romanos lo colgaban en sus casas porque daba buena suerte, en especial, a los matrimonios. Todo eso evolucionó y en el siglo XVIII esta tradición pegó el boom en la Inglaterra victoriana. También al otro lado del Atlántico, en las colonias inglesas en América, que después se convertirían en lo que es hoy Estados Unidos.

Debajo del muérdago se colocaba una chica y los chicos le pedían un beso. Por cada beso, el chico quitaba una baya roja del muérdago. Así uno tras otro, hasta que se terminaban las bayas. La tradición fue adaptándose hasta el punto de que si una chica se negaba a recibir un beso bajo el muérdago nadie le propondría matrimonio hasta el año siguiente.

El uso del muérdago fue cambiando, pero el simbolismo de paz y amor que habían puesto nórdicos, griegos y romanos permaneció. Se le añadió una parte romántica que era la del beso y también se empezó a utilizar como decoración navideña porque es una planta que aguanta temperaturas extremas, pero cuyo origen es mucho más profundo.