Nuevos descubrimientos en el sitio arqueológico de Pompeya
La arqueología desvela que algunos habitantes de Pompeya regresaron tras la erupción del Vesubio
Pompeya permaneció ocupada en dos fases posteriores a la erupción del Vesubio hasta su abandono definitivo en el inicio de la Edad Media
Hasta ahora la creencia aceptada por la comunidad científica y el común de los mortales señalaba que la próspera ciudad romana de Pompeya, situada en las faldas del monte Vesubio, desapareció de la faz de la tierra en el año 79 después de Cristo sepultada bajo metros de ceniza, roca y lava.
Hasta su redescubrimiento en el siglo XVIII, nadie volvió a saber de la otrora floreciente ciudad comercial del golfo de Nápoles.
Sin embargo, las últimas campañas arqueológicas efectuadas en las ruinas de Pompeya han desmentido esa creencia y apuntan a que un número reducido, pero significativo, de antiguos habitantes de Pompeya trataron de regresar a la ciudad cuando acabó la erupción y se enfrió la lava, e incluso realizaron un pequeño asentamiento.
Según la investigación arqueológica realizada en el área sur del sitio, antiguos ciudadanos de Pompeya que sobrevivieron a la catástrofe regresaron a sus antiguos hogares y trataron de rehabilitarlos.
Para ello, liberaron los pisos superiores de las viviendas que sobresalían sobre el manto endurecido de lava, roca y ceniza, rehabilitándolo como nueva planta baja, le dieron alturas y excavaron en las antiguas plantas primera y baja para construir bodegas subterráneas y reutilizaron fragmentos de mármol y cornisas para construir escaleras de acceso a las viviendas.
Según un artículo publicado el 6 de agosto en la revista italiana E-Journal degli Scavi di Pompei, recogida por la revista especializada en arte ARTnews, se han identificado «estratos habitacionales posteriores a la erupción» que se datarían en dos fases diferentes, entre finales del siglo I (inmediatamente después de la erupción) y principios del III, y una segunda fase que iría del siglo IV al V después de Cristo.
Es decir, la reocupación de Pompeya, si bien no logró que la ciudad recuperara ni la sombra de su importancia y viejo esplendor, no fue, sin embargo, anecdótica y se alargó hasta el final del Imperio Romano y el inicio de la Edad Media.
El artículo explica por qué estos restos de la ocupación posterior a la erupción no se han evidenciado hasta ahora. La respuesta la da el director del estudio, Gabriel Zuchtriegel, en una entrevista concedida a The Times, y es obvia: la reocupación fue mucho más humilde que la construcción de la ciudad original.
El nuevo centro urbano se construyó con materiales reutilizados o de escasa calidad. La nueva comunidad ya no era pujante y Pompeya pasó a ser un lugar sin importancia y prácticamente olvidado.
Cuando se desocupa definitivamente en el siglo V, el paso del tiempo, la erosión, y la reutilización de materiales terminó por borrar prácticamente toda huella de la Pompeya posterior a la erupción, mientras que la grandiosidad de la vieja Pompeya se conservaba, con sus mármoles, mosaicos, frescos, villas, teatros, foros, termas, templos, basílicas y entramado urbano bajo seis metros de roca volcánica.