El dictador bielorruso Alexander Lukashenko y Vladimir Putin
491 días de guerra en Ucrania
Así se gestó la negociación o la rendición de los Wagner ante Putin, según Lukashenko
El dictador bielorruso Alexander Lukashenko narró ante sus generales los detalles de su mediación entre Vladimir Putin y el jefe del grupo Wagner Yevgueni Prigozhin tras rebelarse e intentar el sábado pasado un cambio violento de la cúpula militar rusa.
De acuerdo con Lukashenko la mañana del sábado 24 de junio recibió «información inquietante» y 10 minutos después de un discurso en la televisión, «Putin me llamó y me informó en detalle y comprendí que la situación era difícil y que se había tomado una decisión brutal».
«Le sugerí a Putin que se tomara su tiempo, que hablara con Prigozhin y sus comandantes. Pero me dijo 'es inútil. No coge el teléfono'. Entonces le pregunté: ¿Dónde está Prigozhin? - 'En Rostov' me respondió. Así que le dije: Una mala paz es mejor que cualquier guerra. Intentaré ponerme en contacto con él» narró Lukashenko en un acto ante militares en Minsk de acuerdo a la agencia de noticias Belta.
Tras hablar con Putin por unos 30 minutos, el dictador bielorruso se puso en contacto con Prigozhin a las 11:00 de la mañana. Según narra Lukashenko «Prigozhin estaba completamente eufórico. Hablamos durante los primeros 30 minutos totalmente en lenguaje obsceno. Le dije: Prigozhin, nadie te va a dar a Shoigu ni a Gerasimov. Conoces a Putin tan bien como yo. Ni siquiera se reunirá contigo, y mucho menos hablará por teléfono»
El jefe de Wagner le habría respondido a Lukashenko: «¡Pero queremos justicia! ¡Nos quieren estrangular! Iremos a Moscú!» ante lo cual el autócrata bielorruso le refutó: «A mitad de camino, te aplastarán como a un chinche».
A mitad de camino, te aplastarán como a un chinche
«Le persuadí durante mucho tiempo» se jactó Lukashenko para finalmente decirle: «Haz lo que quieras. Pero no me lo eches en cara luego. Hemos preparado una brigada y, como en 1941, defenderemos Moscú. Y no se trata de que Rusia sea nuestra patria. Sino porque si la agitación se extendiera por toda Rusia nosotros seríamos los siguientes».
Sin embargo, Prigozhin no cedió inmediatamente. «Hablando por segunda o tercera vez» continúa narrando Lukashenko «advertí a Prigozhin: Yevgueni, nada de derramamiento de sangre, si no, nada de negociaciones contigo. Me lo juró y Prigozhin dijo que no exigiría a Putin que entregara a Shoigu y Gerasimov».
Finalmente cuenta el Lukashenko «a las 5 de la tarde Prigozhin llama y me dice: 'Acepto todas tus condiciones. Pero, ¿Qué debo hacer? Si nos detenemos, empezarán a golpearnos' a lo cual le respondí: No lo harán. Te lo garantizo. Hasta que te lleve a Bielorrusia y te garantice total seguridad a ti a tus chicos».
Luego de ese acuerdo y las promesas de garantías de seguridad, la historia es públicamente conocida. Prigozhin dio la vuelta al convoy que se dirigía a Moscú y sus mercenarios regresaron hacia los campamentos de la región de Lugansk en Ucrania. «Putin y yo detuvimos un acontecimiento monstruoso» presume el dictador bielorruso.
Una vez Prigozhin ha llegado a territorio bielorruso Lukashenko amplió su promesa: «si quiere quedarse con nosotros un tiempo, le ayudaremos. A sus expensas, por supuesto. Pero me vendría bien una unidad así en el ejército».
El grueso de los mercenarios de Wagner están en campamentos en Lugansk y Lukashenko les ofreció una de sus unidades abandonadas en Bielorrusia.
El martes, Prigozhin habló por teléfono con Lukashenko y le dijo que «algunos firmarán contratos con el Ministerio de Defensa y Shoigú. Pero lo más importante es que mis hombres llevan ya medio año sin volver a casa, Quieren ir a ver a sus familias. Y para mí era importante acordar con Putin que no los tocaría».