Honores militares para el presidente de Burundi, Evariste Ndayishimiye, a su llegada al aeropuerto de San Petersburgo
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La cumbre Rusia-África fracasa antes de empezar por el bloqueo al grano ucraniano
A la espera del plato fuerte que será la reunión de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en agosto en Johannesburgo, Moscú pondrá hoy a prueba su músculo diplomático con el que pretende doblegar las sanciones internacionales.
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Esta primera prueba de fuego, sin embargo, parece condenada al fracaso. La anunciada cumbre Rusia-África que se abre este jueves en San Petersburgo contará con la asistencia de menos de la mitad de los 43 jefes de Estado que participaron en la de 2019, apunta The Times.
Rusia se encuentra sumida en una frenética carrera diplomática para posicionarse en África, donde el Kremlin tiene una buena posición gracias al control de varios regímenes y dictaduras militares por medio de los mercenarios del Grupo Wagner.
Esa posición proporciona a Putin jugosos ingresos gracias a la explotación de minas de diamante, oro y metales raros como recompensa por sostener a los gobiernos autócratas de dichos países africanos.
Por medio de esta estrategia, Rusia busca sustituir los mercados occidentales que se le han cerrado por los africanos, asiáticos y sudamericanos. Pero la estrategia no está funcionando como se esperaba.
Según confirmó el ministerio de Exteriores ruso, únicamente 17 líderes africanos asistirán a la cumbre, y entre ellos no están los presidentes ni del país más grande y poblado de África, Nigeria, ni el de la República Democrática del Congo, país que acoge una de las mayores reservas del mundo de diamantes y metales raros.
La postura de China, que no termina de mostrar un apoyo pleno a Rusia en Ucrania, ha frenado en seco las aspiraciones de Moscú en otras regiones del mundo donde se mira a Pekín como el referente internacional.
Las consecuencias del nuevo bloqueo impuesto por Moscú a la exportación por el mar Negro de los cereales ucranianos, también ha sido un importante palo en la rueda para la diplomacia rusa.
La seguridad alimentaria de África depende en gran medida de la llegad por vía marítima del grano ucraniano.
El primer bloqueo impuesto a principios de la guerra, que duró hasta julio de 2022 cuando, por mediación de Turquía, Rusia y Ucrania acordaron abrir un corredor marítimo para la exportación de granos con seguridad, causó grandes estragos entre los países africanos.
Por lo tanto, para muchos líderes africanos el nuevo bloqueo es una traición de un país que trataba de presentarse ante ellos como aliado. La crisis derivada del bloqueo podría hacer tambalear varios regímenes en África.
El presidente de Kenia, que tampoco acudirá a la cumbre, definió el bloqueo ruso a los cereales ucranianos como «una puñalada por la espalda», recoge The Times.
La decisión de Putin pondrá en peligro de hambruna a millones de personas en África. En el primer bloqueo iniciado tras el estallido de la guerra en febrero de 2022, Putin logró en mayor o menor medida imponer a los países africanos su relato de que el bloqueo era culpa de Kiev y de Occidente que sostenía con sus armas al régimen de Zelenski.
Entonces, varios países africanos se posicionaron del lado del Kremlin y reclamaron el fin de la guerra de acuerdo con las exigencias rusas.
Ahora, lejos de apuntarse un tanto diplomático con esta cumbre, Rusia podría desmontar hoy el espejismo de que cuenta con la solidaridad y lealtad de los países africanos frente a Occidente.
Sí que estarán presentes en San Petersburgo los jefes militares de Mali, Libia y República Centroafricana, regímenes títeres de Moscú que Putin controla por medio del Grupo Wagner.
Los países con más peso que estarán presentes en San Petersburgo son Egipto y Sudáfrica, aunque, sobre todo el primero, su posición está lejos de ser la de una estrecha alianza con el Kremlin.
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