Cierre de campaña en Quito del candidato presidencial Yaku Pérez con chaleco antibalas
Yaku Pérez: «Ecuador no va a poder resolver solo el conflicto porque es un país de distribución de droga»
El candidato a la presidencia de Ecuador propone atajar la violencia en el país con una política integral, no una del gatillo y las armas, de la violencia por la violencia, sin «populismo penal»
Ecuador celebra este domingo unas elecciones cruciales para el futuro del país. La inseguridad es la mayor preocupación de los ecuatorianos, después de que 2022 cerrara con el peor registro de violencia criminal y este año esté en camino de convertirse en uno de los más sangrientos de la región.
El candidato presidencial de la Alianza Claro Que Se Puede, Yaku Pérez, ecologista, indígena, expone en una entrevista con El Debate su propuesta para hacer frente a la violencia y el crimen organizado.
Doctor en Jurisprudencia y exprefecto de la provincia de Azuay (sur del país), asegura que Ecuador requiere más que nunca del apoyo internacional para poder salir del atolladero y llama a la comunidad ecuatoriana en España, que vota tradicionalmente por el correísmo, a no mirar al pasado, la corrupción y el totalitarismo.
La entrevista ha sido editada por motivos de extensión y claridad.
−Ecuador vive momentos dramáticos. El crimen organizado tiene en el foco a objetivos políticos. El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio ha supuesto un punto de inflexión en la campaña electoral. Usted ha encabezado una iniciativa para lograr un acuerdo de cuatro candidatos presidenciales por la seguridad y se ha comprometido a atajarla si sale electo. ¿En qué consiste esta iniciativa?
−La violencia estructural que estamos asistiendo no es un juego de niños, habernos ubicado como segundo país más violento de América Latina nos demanda estar a la altura de las circunstancias.
Por ello, a raíz del magnicidio invitamos a un acuerdo de consenso entre todos los candidatos para que, independientemente de quien llegue a la Presidencia, (se pueda) garantizar una gobernanza que posibilite apoyos, y no obstáculos, a iniciativas en contra de la inseguridad y del crimen organizado y poder salir juntos de este infierno.
−La imagen de los candidatos cerrando campaña con chalecos antibalas es realmente impactante. ¿Cómo piensa revertir esta tendencia?
−En efecto, para mí fue chocante ponerme un chaleco antibalas porque no estaba acostumbrado y siempre soy pacifista.
Creo que no hemos hecho daño a nadie y no deberíamos tener temor, pero ante los riesgos que corremos todos los días por las muertes violentas, toca asumir estas medidas preventivas.
No soy partidario del populismo penal, del derecho penal del enemigo, de endurecer penas y pena de muerte o cadena perpetua
En estas circunstancias, nuestra propuesta es recuperar la seguridad ciudadana y la paz social con una política integral, no una del gatillo y las armas, de la violencia por la violencia.
Yo no soy partidario del populismo penal, del derecho penal del enemigo, de endurecer penas y pena de muerte o cadena perpetua, no.
Yo soy partidario de las políticas de inclusión social atacando las causas que generan la violencia y también acciones, a más de las preventivas, disuasivas y punitivas.
−La infiltración del narcotráfico en las estructuras del Estado y de la sociedad en general, pone de manifiesto la débil institucionalidad larvada durante años. ¿Qué propuestas tiene para reforzar al Estado?
−Proponemos fortalecer la Justicia, a la Fiscalía, darles independencia a las dos, hay que hacer una evaluación de jueces y fiscales, no creemos en que toda la Justicia esté contaminada o que (la corrupción) salpique a todos.
Hay que fortalecer la Unidad de Análisis Financiero, que mantenga una relación con la Fiscalía, con la Superintendencia de Bancos, con la Economía Popular y Solidaria para detectar dónde están ingresando las economías ilícitas, combustible del que se fortalece el crimen organizado.
Y adicionalmente a eso tenemos unas propuestas de reformas constitucionales al Código Orgánico Integral Penal y al Código Orgánico de Ordenamiento Territorial para dar atribuciones en materia de seguridad a municipios locales.
El Ecuador no va a poder resolver solo este conflicto porque es un país de distribución de la droga
Pero algo fundamental es que se trata de un problema global y hay que dar una solución global.
El Ecuador no va a poder resolver solo este conflicto porque es un país de distribución de la droga.
Y tienen que estar los consumidores de la droga: Estados Unidos, Europa, Brasil. También hay que impulsar la colaboración y cooperación internacional con varios organismos técnicos como PAcTo (programa de asistencia financiado por la UE contra el Crimen Transnacional Organizado en Latinoamérica), UNODC (Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito), o Interpol para una lucha integral.
−Unos 400.000 electores podrán votar en el extranjero, cerca de 180.000 ecuatorianos en España. En recientes comicios lo hicieron mayoritariamente por el correísmo. ¿Cómo busca convencerles con su propuesta programática?
−Que no elijamos al pasado, elijamos el futuro. No elijamos la corrupción, sino la necesidad; no la violencia, sino la paz; no el autoritarismo, sino la democracia; no el extractivismo, sino la ecología. Es el momento de voltear la página.
Y para los hermanos migrantes, que tantas remesas nos envían del extranjero al Ecuador, por reconocimiento a ellos, por justicia social, por pago de la deuda social, hemos decidido en nuestro programa de Gobierno crear una cooperativa del migrante para que envíen las remesas, todos los ahorros del extranjero al Ecuador, sin coste alguno.
−Usted ha pasado por prisión en varias ocasiones durante el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017) acusado de terrorismo y sabotaje por defender la protección del agua y luchar contra la minería a gran escala. La candidata de Revolución Ciudadana (Luisa González) encabeza las encuestas sobre intención de voto. ¿Teme el regreso del correísmo? ¿Cree que en tal caso se corre el riesgo de que Correa pudiera ser indultado?
−Si ganara el correísmo, indudablemente que eso pasaría, pero veo difícil que puedan ganar. El pueblo está despertando de ese sueño profundo que tuvo en el tiempo de vacas gordas cuando hubo mucha plata e hizo obra.
Mucha gente ha dicho, «robó, pero me hizo obra». Hacer obra es una obligación, robar es un delito.
En ninguna parte del mundo es bienvenido el autoritarismo, eso siempre viola derechos humanos, libertades, garantías y aspiramos a que no suceda
En ninguna parte del mundo es bienvenido el autoritarismo, eso siempre viola derechos humanos, libertades, garantías y aspiramos a que no suceda.
Por eso, nuestra reflexión es que los ecuatorianos tomemos conciencia. Dictaduras y manos duras no funcionan, la violencia no se soluciona con balas. Se soluciona con propuestas guiadas por acciones, inteligencia, amor y solidaridad. Medidas integrales, no parches.
−En los últimos años se han evidenciado grietas en el seno del movimiento indígena ecuatoriano. ¿Cree que una victoria suya podría contribuir a cerrarlas, teme a sus detractores?
−No temo a los detractores. Indudablemente que un triunfo nuestro ayudaría a la reconciliación, no sólo con el movimiento indígena, sino con la sociedad ecuatoriana y con la madre naturaleza a quien hemos ofendido tanto.
Hemos expoliado, hemos contaminado, hemos depredado y eso es triste porque no hay planeta B. Tenemos que volver los ojos con cariño a la naturaleza y proteger los bienes comunes, la casa grande, si no protegemos nuestro hogar estamos en camino al suicidio colectivo.
−¿Qué estaría dispuesto a sacrificar de su proyecto para alcanzar un consenso con la oposición?
−Siempre soy una persona demócrata, de acuerdos y consensos. Si algo hay que sacrificar es el individualismo, el personalismo.
No nos creemos salvadores de la patria ni nos creemos mesías o caudillos. Creemos en un liderazgo colectivo, un liderazgo en donde todos arrimamos el hombro. Para poder salir adelante se necesita del contingente colectivo, no individual.
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