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02 de mayo de 2024

Aquilino Cayuela
AnálisisAquilino Cayuela

La UNRWA y la perpetuación del conflicto palestino israelí

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio está plagada de graves problemas, pero es difícil contemplar otra alternativa humanitaria en medio de la guerra

Actualizada 04:30

Fotografía de una cooperante de UNRWA, en la Franja de Gaza

Fotografía de una cooperante de UNRWA, en la Franja de Gaza@UNRWA

La guerra en la Franja de Gaza, que comenzó con el brutal ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 ha puesto en tela de juicio la participación de la ONU. Israel, a pesar de llevar años colaborando con la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina (UNRWA), ahora ve necesario desmantelarla, por su participación activa y complicidad en los ataques.
En enero, funcionarios israelíes alegaron que hasta 12 miembros del personal de la UNRWA en Gaza participaron directamente en el ataque del 7 de octubre. El ataque fue una razia brutal con asesinatos, violaciones, mutilaciones, torturas y secuestros. El resultado es la actual guerra que se libra en Gaza.
Además, más de 1.000 de los empleados de la UNRWA en Gaza (de un total de 13.000) están afiliados a Hamás o a la Yihad Islámica, ambas consideradas organizaciones terroristas por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Aunque la UNRWA ha respondido a las acusaciones rescindiendo los contratos de parte de su personal y poniendo en marcha una investigación interna, no es suficiente para disuadir a Estados Unidos, y otros donantes de suspender la ayuda financiera a la espera de una investigación más exhaustiva. La Unión Europea se muestra más complaciente con la organización, aunque no hay un consenso al respecto.
Estados Unidos aportó, en 2022, cerca de 343 millones de dólares del presupuesto de operaciones de 1.200 millones de dólares de UNRWA, lo que le convertía en su mayor donante. Pero este 23 de marzo, el Congreso de Estados Unidos tomó una medida drástica, aprobando un proyecto de ley que prohíbe la financiación estadounidense de la UNRWA durante un año, posponiendo la decisión de reanudar el apoyo hasta después de las elecciones de noviembre. Con todo Estados Unidos ya ha desembolsado 121 millones a la UNRWA, en este año fiscal.
La UNRWA está plagada de graves problemas, anteriores al conflicto actual, y es difícil contemplar cualquier otra alternativa humanitaria en medio de la guerra en curso.
En su día UNRWA se creó en 1949 para aliviar las terribles condiciones que afectaban a los refugiados palestinos de la primera guerra árabe-israelí de 1948. En la actualidad, presta servicios a más de 5,9 millones de palestinos en Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria. Aunque forma parte de la ONU, es una entidad netamente palestina
La agencia opera fuera de los marcos establecidos por la ONU para la ayuda humanitaria y al desarrollo. Su existencia tiene, además, un enorme simbolismo e importancia dentro de la narrativa política palestina. Para los palestinos, representa una garantía internacional de sus derechos, incluido el derecho a regresar y ser indemnizados por las propiedades de las que huyeron desde 1948 y que hoy se encuentran en Israel.
La UNRWA tiene un cuadro relativamente pequeño de funcionarios internacionales a su mando, porque el grueso de su personal está formado por unos 30.000 palestinos, entre profesores, médicos, enfermeras e ingenieros. En un lugar como Gaza, donde al menos el 70 % de los 2,2 millones de habitantes tienen estatuto de refugiado, es de hecho más un Estado que una agencia de la ONU. Se parece muy poco a otras entidades de la ONU, como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
ACNUR se asemeja porque apoya a todas las demás poblaciones de refugiados del mundo con asistencia de emergencia y promoción. Cuenta con 19.000 empleados repartidos en 137 países, que atienden a cerca de 90 millones de desplazados. ACNUR trabaja de acuerdo con la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y apoya el reasentamiento en terceros países cuando es posible.

Israel considera que esta situación perpetúa el conflicto e incluso amenaza su existencia

UNRWA no hace así y de ahí la enorme concentración de población en la Franja de Gaza. Por eso Israel siempre ha dejado claro que le gustaría que finalizase este mandato de la UNRWA. Israel considera que esta situación perpetúa el conflicto e incluso amenaza su propia existencia, ya que presta apoyo a la idea de que estos refugiados palestinos tienen derecho a regresar algún día a Israel, lo que implica la supresión de Israel mismo.
Las acusaciones sobre la participación de personal de la UNRWA en el ataque de Hamás del 7 de octubre son sólo la punta del iceberg para Israel. El Gobierno israelí cree que Hamás está completamente infiltrado en la agencia. Esto nos hace comprender por qué el plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para la Gaza de la posguerra, incluye el desmantelamiento de la UNRWA.
Pero alguna otra alternativa viable a la UNRWA, al menos a corto y medio plazo, es algo con lo que la ONU, la mayoría de los donantes y los palestinos estarían en total desacuerdo. ¿Cómo sustituir a una entidad que proporciona servicios similares a los de un Estado a millones de personas en toda la región? No parece posible.
Aparte de los riesgos que afectan a Gaza y Cisjordania, los cambios en el mandato de UNRWA. ¿Cómo afectarían a Jordania, Líbano y Siria?
Añadir a cientos de miles de personas a servicios estatales en países que ya están haciendo frente a duras crisis de refugiados acrecentaría, sin duda, una tensión considerable en toda la región. Habría fuertes repercusiones políticas, por ejemplo, para Jordania, que no sólo tiene una numerosa población palestina, sino también un tratado de paz con Israel.
Sustituir a la UNRWA, es muy existencial para Israel, pero sería ferozmente contestado por los dirigentes palestinos y supondría alterar los contornos del conflicto.
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