Trump anuncia el despliegue de la Guardia Nacional en Washington y pone la ciudad bajo control federal

«¿Es aquí donde queréis vivir», le ha preguntado Donald Trump a la prensa presente en la Casa Blanca durante la comparecencia en la que ha anunciado, como se esperaba, el despliegue de la Guardia Nacional en Washington D.C. con el objetivo de combatir la criminalidad del país. Previamente, en un mensaje en Truth Social, el mandatario ya había asegurado que la ciudad será «liberada» del «crimen y la escoria» como parte de una ofensiva contra la delincuencia callejera.

Finalmente, en su esperada rueda de prensa —en la que, previamente, ha repartido panfletos a la prensa donde aparece Madrid como el modelo que quiere seguir para la ciudad en lo referente a tasas de homicidios—, el republicano ha confirmado su decisión de tomar el control de la policía de Washington y desplegar a unos 800 agentes de las tropas de la Guardia Nacional. De acuerdo con la Home Rule Act —que gobierna la autonomía de Washington desde 1973—, la capacidad del presidente para tomar el control de la policía del Distrito expira «al finalizar dicha emergencia», 30 días después de que comience la intervención o cuando el Congreso apruebe una ley que ponga fin a la misma, lo que ocurra primero.

De esta manera, tal como hizo en Los Ángeles hace unas semanas, Trump desoye los comentarios de los gobernantes demócratas de la ciudad y despliega a los agentes federales para pasar a tener el control de la situación. En las últimas horas, el mandatario ya había ordenado al FBI doblar sus turnos nocturnos para reforzar la vigilancia nocturna en las calles y pidió a todas las personas sin hogar que abandonaran las calles lo más rápido posible.

«Dejadme ser clara. El crimen en esta ciudad se acaba y se va a acabar hoy. Vamos a usar todo el poder que tenemos para luchar contra los criminales», ha asegurado la fiscal general, Pam Bondi, en la rueda de prensa.

Para la Administración Trump, el punto de quiebre parece haber sido el intento de atraco a Edward Coristine, un exempleado del Departamento de Eficiencia Gubernamental creado por Elon Musk. Desde entonces, la oficina del presidente se ha puesto entre ceja y ceja el control de la ciudad.

Por otra parte, la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, contradice la versión del presidente y asegura que los delitos violentos han disminuido en los dos últimos años tras un fuerte repunte en 2023. La ciudad es uno de los principales feudos demócratas en el país —como también lo son Nueva York o San Francisco, ciudades que, según Trump, viven una situación similar—. En las elecciones del pasado mes de noviembre, Trump perdió ante Kamala en Washington por un margen del 96 % de los votos. En la rueda de prensa, el presidente no ha hecho mención a las ciudades más golpeadas por el crimen: Memphis, San Luis y Nueva Orleans, todas en estados controlados por los republicanos.

¿Qué dicen exactamente los datos?

De acuerdo con los datos oficiales publicados por el Departamento de Justicia el pasado mes de verano, los delitos violentos decrecieron un 35 % en el 2024, alcanzando su nivel más bajo en 30 años después de un fuerte repunte el año anterior. Este año, el descenso por ahora es del 26 %, mientras que los homicidios han descendido un 12 %, aunque con cifras que siguen siendo alarmantes.

Sin embargo, estos datos también tienen cierta trampa, pues delitos como agresiones con un arma peligrosa se registran como amenazas graves en lugar de un crimen violento, lo que provoca un choque entre lo que dicen los datos y lo que muchas personas sienten en las calles.

Sea como fuere, miles de personas ya se han lanzado a protestas contra la reciente decisión del presidente que, una vez más, demuestra su empeño en liderar con puño de hierro un país que en los últimos años, entre la creciente violencia y los tiroteos en las calles, o la gravísima crisis del fentanilo que ha redefinido el panorama social, se encuentra en la cuerda floja.