Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido
Starmer se enfrenta a un nuevo desafío: los diputados laboristas rechazan sus planes para endurecer el asilo
Las nuevas políticas anunciadas incluyen la posibilidad de confiscar bienes a los solicitantes de asilo para contribuir a sufragar sus gastos de estancia
El primer ministro británico Keir Starmer se enfrenta a otro gran desafío a su liderazgo, ya que diputados laboristas rechazaron las nuevas políticas de inmigración y asilo y prometieron forzar cambios ya que aseguran que provocarían un aumento en las deportaciones de niños y familias.
Estas políticas —que incluyen la posibilidad de confiscar bienes a los solicitantes de asilo para contribuir a sufragar sus gastos de estancia— han provocado importantes divisiones dentro del Partido Laborista, y algunos diputados acusan a sus compañeros rebeldes de no tomar en serio la indignación pública por la inmigración ilegal y el asilo.
Al menos 20 diputados han expresado públicamente su preocupación por las nuevas políticas anunciadas, entre ellos el diputado de Folkestone y exabogado de derechos humanos, Tony Vaughan, la presidenta del comité selecto, Sarah Owen, y diputados que se incorporan al Parlamento en 2024, como Simon Opher, Abitsam Mohamed y Neil Duncan-Jordan.
Opher afirmó que el Gobierno «debería detener la llegada de barcos porque es peligroso, y deberíamos dejar de usar a los inmigrantes como chivos expiatorios porque es injusto y cruel… Las medidas que crean burocracia e inseguridad no ofrecen claridad ni fortalecen el control; cuestan dinero, hacen perder tiempo y debilitan el sistema».
Owen, uno de los principales organizadores contra los recortes del Gobierno en materia de bienestar social, dijo: «Un sistema de inmigración sólido no tiene por qué ser cruel. No debería ser necesario decirlo, pero los refugiados y solicitantes de asilo son personas reales que huyen de la guerra y la persecución».
Duncan-Jordan dijo: «Mi taxista me dijo esta mañana que después de 20 años viviendo en este país ya no se sentía bienvenido, a pesar de pagar sus impuestos y contribuir a la comunidad local».
De acuerdo con The Guardian, los conservadores han dicho que podrían apoyar al Gobierno laborista para aprobar las nuevas y estrictas leyes en caso de una importante rebelión laborista contra Starmer.
El Gobierno insiste
La secretaria de Interior, Shabana Mahmood, ha esbozado una serie de medidas radicales, entre ellas cómo el Gobierno intentará cambiar la forma en que los jueces británicos interpretan el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) en un intento por impedir que los solicitantes de asilo utilicen su derecho a la vida familiar para evitar la deportación.
Las políticas incluyen la consulta sobre la aplicación de la expulsión de familias, incluidos niños, a las que se les ha denegado el derecho a establecerse en el Reino Unido y se les han denegado los pagos que las incentivan a marcharse.
Starmer defendió en una entrevista al Daily Mirror los planes de asilo de su Gobierno: «Heredamos un sistema de asilo deficiente, al igual que heredamos una economía deficiente, servicios públicos deficientes, un sistema nacional de salud deficiente. Así que tenemos que hacernos cargo y arreglarlo».
Una fuente gubernamental afirmó a The Guardian que habría un «enorme diálogo» con los diputados laboristas preocupados y recalcó que no habría deportaciones de menores no acompañados.
«La crisis en nuestras fronteras es un problema existencial para los partidos tradicionales. Si no resolvemos esta crisis, fuerzas oscuras tomarán el control», afirmó en referencia al partido de derechas Reform UK y agregó: «La política consiste en defender lo que uno cree correcto. Eso es precisamente lo que está haciendo hoy la ministra del Interior».
