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Luis Guillermo Echeverri Vélez
AnálisisLuis Guillermo Echeverri VélezEl Debate en América

Volver al sendero de la cordura en Colombia

Solo reconozcamos lo que cada domingo pide la gente en los estadios: «Fuera Petro»

Actualizada 04:30

El presidente de Colombia, Gustavo Petro

El presidente de Colombia, Gustavo PetroAFP

Colombia vive la función circense del engaño y la insensatez narco-populista. Si alguien se pregunta por qué quieren meter a Álvaro Uribe a la cárcel, la respuesta política: al narcoterrorismo y la cleptocracia, sólo les sirve anarquía, desorden, ilegalidad y libertinaje.

De 2002 a 2010 se empezó una transformación que generó confianza en el Estado mediante atracción de inversión, garantía de movilidad, presencia del Estado en los territorios, transparencia en la gestión y estabilidad macroeconómica, todo para generar unidad de propósito nacional, crecimiento y reducción de la pobreza.

En 2010, el electorado fue engañado y el país perdió el rumbo cuando votamos por la continuidad de la seguridad democrática como una política de Estado compuesta por cinco elementos de profundo contenido social: 1. Seguridad ciudadana, nacional, alimentaria, jurídica, energética y económica. 2. Cohesión Social. Como el sentimiento de ser parte, aceptar las reglas y valorar la comunidad. 3. Trasparecía en la gestión pública. Limpidez y lucha contra el clientelismo y la corrupción. 4. Independencia de poderes. Elemento esencial para que funcione la democracia. 5. Garantías y libertades sociales, como equilibrio entre la Libertad y el Orden para evitar el libertinaje y la violencia, y como la base para la convivencia dentro de la legalidad fundamentada en el respeto a los derechos de la ciudadanía y las libertades personales y económicas precedidos por el cumplimiento cívico de las obligaciones personales y sociales.

En 2018, se contuvo el triunfo del narcosocialismo del siglo XXI. Ganamos cuatro años en democracia antagonizada por Gustavo Petro, pero desafortunadamente hoy, en medio del caos provocado, tenemos aún siete deudas sociales que son prioritarias para sobrevivir como nación democrática:

  1. Nutrición y salud. Solucionar la politización en la nutrición infantil e implantar la cultura de cero tolerancia con la violencia traumática contra los infantes y mejorar las imperfecciones del sistema de salud.
  2. Justicia. Combatir el crimen severa y rigurosamente en todas sus manifestaciones. Recuperar los monopolios de las armas y la justicia. Unificar el sistema de justicia, bien dotado y bien pagado. Invalidar los espurios procesos de paz e implantar un proceso único de sometimiento a la justicia. Cancelar la JEP y declarar la nulidad por sesgo ideológico de la comisión de la verdad. Recuperar la confianza de la ciudadanía en la fuerza pública y fortalecer su dignidad y capacidades.
  3. Dignidad humana y lucha frontal contra la cultura de la droga. Colombia necesita una política de Estado integral de mediano y largo plazo, contra la droga, el narcotráfico, el microtráfico, y erradicar la cocaína y toda la cultura mafiosa que genera. Educar contra la violencia intrafamiliar y los vicios y procurar la sanación de las personas afectadas.
  4. Educación cívica y ética, universal y no ideologizada. Invertir en el desarrollo humano e integral para que los ciudadanos aporten a la nación. Mejorar vocación docente, la calidad de la enseñanza y su remuneración.
  5. Medio ambiente. Dejar de deforestar ilegalmente. Exigir la debida mitigación y un balance positivo a favor de la reforestación. Estamos aniquilando los ecosistemas y la biodiversidad. Volver a fumigar los cultivos ilícitos, dejar que la selva se regenere sellando los bosques tropicales húmedos y creando oportunidades de empleo agrícola y pecuario cerca de los mercados.
  6. Seguridad energética y uso adecuado de los recursos naturales. Para apalancar e invertir en desarrollo socioeconómico y crear una cultura de convivencia y progreso, mejorar la infraestructura, los servicios públicos y la educación, y transformarnos en una sociedad del conocimiento, hay que explotar técnicamente y con la debida mitigación, la gran riqueza mineral, hacer la explotación petrolera mediante técnicas horizontales o yacimientos no tradicionales (Fraking), explotar el gas offshore, mejorar los recobros y crear regasificadoras y redes de gas domiciliario en todas las poblaciones.
  7. Infraestructura. Garantizar y financiar a largo plazo la infraestructura física para la movilidad física y digital. Conectividad por medio de fibra y satélite, vial, férrea, portuaria, aeroportuaria, y energética. Construcción de un sistema integrado de manejo de aguas con presas generadoras de energías represas y canales, para manejo de flujos en todo el país soportado por un sistema de mediciones meteorológicas.

Entendamos el problema de no defender la legalidad, consentir el mal fichaje de los partidos políticos, la baja calidad de los funcionarios públicos y sus relaciones con ladrones y organizaciones criminales. Dejemos ya de distraer al país con un circo de agendas mamertas e insustanciales. Entendamos que si contamos con políticas de Estado transformacionales y sensatas habrá confianza, y en lugar propuestas populistas llenas de resentimiento social y propias de ideología revolucionaria, el futuro del país no tendrá límite.

¿Cuándo vamos a volver al sendero de la cordura y a parar esta guachafita? Si no lo hacemos ya mismo como si fuera un cáncer, en el 2026 nos vuelven a engañar. Solo reconozcamos lo que cada domingo pide la gente en los estadios: «Fuera Petro».

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