Pedro Sánchez durante el Foro junto al ministro de industria Hereu, Griffiths y Tafall (Anfac)

Sánchez junto al ministro de industria Hereu, Griffiths (ex-Seat) y Tafall (Anfac) en un foro del automóvil

Industria

¿Por qué el Gobierno es partidario de prohibir los coches híbridos lo antes posible?

Hace solo unos días que el Gobierno firmaba una carta junto con Francia en la que pide a Bruselas cumplir el calendario marcado para eliminar los coches con motor de combustión

El automóvil europeo se debate entre seguir adelante con la eliminación de los motores de combustión, lo que incluiría prohibir la venta de coches híbridos, o darles un balón de oxígeno y permitir su venta más allá de 2035 mediante algún tipo de excepción.

Estas excepciones podrían llegar de la mano de los combustibles sintéticos o renovables, que permiten reducir las emisiones de CO2 y NOX a casi cero gracias a esta nueva generación de carburantes de diseño gestados en laboratorios.

Objetivo: motores cero emisiones

Recordemos que en 2035 Bruselas no contempla prohibir el uso de los coches de combustión, sino que lo que va a prohibir es su venta, lo que quiere decir que los propietarios de coches híbridos van a poder seguir usándolos hasta 2050, cuando se prohibirá definitivamente su utilización.

El Gobierno apoya la postura más radical y contraria a los coches de combustión

El Gobierno apoya la postura más radical y contraria a los coches de combustión, híbridos incluidos

La lentitud en la implantación del coche eléctrico y la crisis en la que se encuentra sumida la industria europea del automóvil por sus bajas ventas, han provocado que haya un movimiento muy importante respaldado por Alemania e Italia y sus fabricantes que exige a Bruselas un retraso en esta hoja de ruta.

No piden su eliminación, sino prórrogas que permitan seguir vendiendo y conduciendo coches híbridos más allá de 2035 y de 2050, lo que nos acercaría a una transición más sosegada al coche eléctrico y eliminaría tensiones dentro de la cadena productiva europea.

El automóvil europeo se rompe

Por el contrario, España y Francia encabezan un segundo frente de carácter integrista que pide el cumplimiento riguroso de las fechas de la hoja de ruta, una posición que va en contra incluso de la industria local de ambos países, pues tanto Francia como España son perfectamente conscientes de que dejar de vender coches híbridos en 2035 sería un mazazo difícil de superar por sus fábricas, pues a día de hoy más de un 50 % de su producción es híbrida.

Fábrica de Renault en Valladolid

España se juega el futuro de sus fábricas y más de un millón de empleos

Pese a ello, España considera que esta posición más dura podría acelerar la implantación del coche eléctrico obligando una vez más a los compradores a pasar por el aro y renovar su coche por uno de batería.

En este contexto es importante recordar que España cuenta con dos fábricas de baterías en construcción, una en Valencia propiedad de Volkswagen y otra en Zaragoza propiedad de Stellantis, que permitirían convertirse a España en un hub europeo de la fabricación de coches eléctricos cuando estén en funcionamiento, lo que no implica prohibir los motores de combustión, que podrían convivir en el mercado muchos años.

El problema es que si se siguen sin vender coches eléctricos, nada hace pensar que el lento crecimiento de ventas que registra este tipo de coches vaya a eclosionar en algún momento, lo que sí puede ocurrir es que España mate la gallina de los huevos de oro en la que se han convertido los híbridos en la actualidad.

Irresponsabilidad industrial

La realidad es que los países que se han especializado en la producción de coches 100 % eléctricos como son Francia o Alemania están pasando muchas más dificultades que España, que hace unos años adoptó la fabricación de coches híbridos de forma masiva, un verdadero balón de oxígeno.

Hay que tener en cuenta que a día de hoy los híbridos son con diferencia los coches más vendidos del mercado y si no fuera por ellos ya habría cerrado alguna de las fábricas de coches más importantes de España. Otra cosa es que las concesiones políticas del Gobierno español con determinados partidos de extrema izquierda y ecologistas le hayan obligado a defender esta postura que podríamos calificar como industrialmente irresponsable.

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