Silvestre Sánchez Sierra
Silvestre Sánchez Sierra (1937-2025)
De policía a referente de la gastronomía barcelonesa
Hizo del restaurante «Salamanca», ubicado en La Barceloneta, un punto imprescindible del buen marisco y del jamón de Guijuelo
Silvestre Sánchez Sierra
Nació en Aldearrodrigo (Salamanca) en 1937 y falleció en Barcelona el 5 diciembre de 2025
Hijo de un pastor al que ayudaba en sus tareas, afincado como Policía Nacional en Barcelona desde 1963, seis años después adquirió el bar «Rosich», que convirtió en el restaurante «Salamanca». Nunca se olvidó de Salamanca, ciudad que le designó pregonero de las Ferias y Fiestas en 2007 y le concedió su Medalla de Oro en 2009.
La anécdota, o leyenda, ha sido rememorada decenas de veces. Aunque no por ello hay que obviarla en el momento de su muerte: era común que Silvestre Sánchez Sierra, siempre tan bien informado, enviase un taxi a buscar al aeropuerto, o a la estación, a cualquier salmantino que llegase a Barcelona. Acto seguido, le invitaba a almorzar, o a cenar, a su restaurante ubicado en La Barcelona. ¿Su nombre? El «Salamanca», como no podía ser menos.
La epopeya del establecimiento y de su fundador comenzó a finales de los años sesenta, cuando Sánchez Sierra, policía nacional oriundo de Aldearrodrigo (Salamanca) y destinado en la Ciudad Condal, adquiere el bar Rosich para que lo gestionase Modesto, uno de sus cinco hermanos. Por entonces, Sánchez Sierra ya complementaba sus ingresos comercializando pólizas de seguros para una conocida compañía aún operativa hoy en día.
Con el bar se convirtió en negocios. Y con éxito rápido: al cabo de pocos años, compró todo el edificio en el que tenía su sede el «Rosich» y lo convirtió en el restaurante «Salamanca», que con el tiempo se granjeó una acreditada reputación por su pescado, su marisco y sus bocadillos de jamón Guijuelo. Sobre todo, por el buen hacer profesional de Sánchez Sierra y por la simpatía que derrochaba.
Como ha destacado Roger Pallerols, director del Gremio de Restauración de Barcelona, Sánchez Sierra «construyó uno de los establecimientos más emblemáticos de Barcelona, que forma parte del patrimonio cultural y gastronómico de la ciudad, por el que han pasado millones de visitantes de todo el mundo y millones de barceloneses». También personalidades como el tenor Plácido Domingo y, en fechas más recientes, el futbolista Lamine Yamal.
Más Sánchez Sierra nunca se olvidó de Salamanca, a la que volvía con frecuencia. No solo para visitarla, también para comprometerse en su desarrollo. Sin ir más lejos, invirtió en la Unión Deportiva Salamanca cuando la presidía el también salmantino y controvertido empresario Juan José Hidalgo. En la urbe de Unamuno también era propietario de una zapatería y de dos restaurantes. Uno de ellos es «El Pato Rojo». ¿El otro? El «Barcelona».