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Éxito de Casado: la derecha toma la calle

Conseguir que una multitud así de tus seguidores salga en masa un domingo por la mañana a protestar contra ti tiene un mérito difícil de igualar. Casado ha logrado que la derecha que le vota tome la calle. Lo malo es que la ha tomado contra él

Somos muchos los que sostenemos que la izquierda siempre gana a la derecha a la hora de tomar el control de la calle. Hace mucho tiempo que el centro derecha no logra imponerse en ese terreno. Todos recordamos aquel maldito 13 de marzo de 2004 cuando los SMS promovidos desde el entorno del PSOE movilizaron a una multitud que acudió a la calle Génova a manifestarse contra el Partido Popular, en jornada de reflexión, proclamando «merecemos un Gobierno que no nos mienta». Por cierto, creo que no está de menos recordar que el lema se le ha olvidado a casi todos los votantes del PSOE.

Ayer vimos una multitud de varios miles de personas que confluyeron en la calle Génova llenándola de manifestantes desde Alonso Martínez hasta Colón. Yo contemplé la concentración desde el domicilio de unos familiares en esa calle que viven ahí desde hace veintiséis años. Me dijeron que nunca en una noche electoral del PP habían visto una concentración de partidarios de la formación ni similar. Que, como mucho, de la mitad. Ni en la mayoría absoluta de Aznar en 2000 ni en la de Rajoy en 2011. Conseguir que una multitud así de tus seguidores salga en masa un domingo por la mañana a protestar contra ti tiene un mérito difícil de igualar. Casado ha logrado que la derecha que le vota tome la calle. Lo malo es que la ha tomado contra él.

Es muy relevante ver cómo no sólo los votantes, sino también personas de la máxima relevancia en la llegada de Casado a la Presidencia del PP han desaparecido de su inmediatez y se han pasado al otro bando. La voz cantante en la rueda de Prensa de la Comunidad de Madrid del pasado viernes fue Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Economía, Hacienda y Empleo. Hasta que llegó a la Consejería de Hacienda en agosto de 2019, Fernández-Lasquetty era jefe de Gabinete de Pablo Casado. Todo el mundo le veía como el hombre de confianza del presidente del partido en Sol. Hace tiempo que dejó de serlo.

Caso similar es el de Adolfo Suárez Illana. Cualquiera recuerda la entrada de Pablo Casado en el plenario del Congreso del Partido Popular que proclamó a Casado presidente del partido el 21 de julio de 2018. Casado bajó las escaleras del auditorio del brazo de Suárez. En las siguientes elecciones generales Casado nombró a Adolfo Suárez número 2 de su lista por Madrid. En esa posición sólo puede ir alguien de tu máxima confianza. ¿Hace cuánto tiempo que Suárez desapareció del entorno de confianza de Casado? Probablemente, su señorío ha impedido a Suárez hablar públicamente, pero lo que es evidente es que su alejamiento de Casado es total. Los distanciamientos de Fernández-Lasquetty y Adolfo Suárez son dos ejemplos, sencillos, de lo que se estaba cocinando entre las bases, cargos y votantes del PP y que estalló con descomunal fuerza ayer. Decíamos aquí el domingo que «Pablo Casado parece no haberse enterado de que está políticamente muerto». Mi duda es si será capaz de entender lo que representa que unos 4.000 votantes de tu partido se reúnan un domingo por la mañana ante la sede de tu organización a pedir tu marcha. No sé cómo se traducirá eso en el Comité de Dirección del PP convocado para las 11:00 de la mañana de hoy, pero sospecho que el alejamiento de la realidad de Casado es tan pertinaz que es improbable que dimita, se nombre una gestora y se convoque un congreso extraordinario a la brevedad posible. Ojalá me equivoque. No ya por el bien del PP. Sobre todo por el bien de España, que va camino de permanecer bajo este Gobierno catastrófico más allá de lo que nadie pudo imaginar y de lo que España puede sobrevivir.