Modernícese usted, no hable de ETA
El director del flamante Festival, que pone alfombra roja al asesino Ternera, ha dicho en una entrevista esta semana que en la película se habla de todas las violencias que hubo, no solo la de ETA, sino la de la policía, el Estado… Es decir, la habitual justificación de ETA como una violencia más
Modernícese usted, deje de mirar al pasado y hable menos de ETA, es una recomendación muy extendida en España. Muy del gusto de esos para los que hablar del franquismo es progresista, pero hablar de ETA es reaccionario. Son los que están deseando olvidar a ETA y ruegan por que no les pongan en el brete de opinar sobre ella, y tener que hacer virguerías para no oponerse claramente. A esos mismos no se les ocurriría pedir que se olvide, por ejemplo, al Ku Klux Klan, mientras queden políticos e intelectuales que lo justifiquen, cosa que afortunadamente no pasa con la memoria de ese grupo racista y criminal, pero resulta que sí pasa, y de qué manera, con ETA.
No he visto aún la entrevista de Évole a Ternera, que se estrena en el Festival de San Sebastián mientras escribo estas líneas. Pero he visto todos los documentales anteriores de Évole blanqueando a ETA, lo mismo que sus fotografías sonrientes con Otegi, o su trayectoria de apoyo a la extrema izquierda. Y he leído lo que dice Rebordinos, el director del Festival, sobre ETA y sobre Bildu, que es puro blanqueamiento del terrorismo etarra. Y así no hay manera de dejar de hablar de ETA, cosa que haríamos gustosos, incluso quienes hemos sido víctimas de atentados no resueltos y juzgados. Siempre que se hubiera logrado la total condena social, política e intelectual del terrorismo y el compromiso de resolver los asesinatos sin condenas. Y nada más lejos de la realidad.
Los periodistas deben entrevistar a todos, también a los asesinos, dicen quienes justifican a Évole y su charla con Ternera. Pues imaginémoslos diciendo lo mismo de una entrevista de Évole con alguno de esos militares argentinos condenados recientemente por participar en los vuelos de la muerte, es decir, por asesinar a detenidos lanzándolos al mar desde los aviones durante la dictadura argentina. Y que Évole les pregunte sonriente por el «contexto», y que luego se fotografíe con uno de ellos, tan encantado como con Otegi. No quedaría ninguno diciendo que eso es periodismo y una aportación al conocimiento de lo que pasó. Empezando por el propio Évole, que llama periodismo a justificar a todo lo que se mueva en la extrema izquierda, también en la violenta. Y, por supuesto, en la totalitaria. Ahí tienen la entrevista a Yolanda Díaz antes de las elecciones, a la que no preguntó ni una sola vez por su pertenencia al Partido Comunista, y mucho menos por los 100 millones de víctimas del comunismo en el que milita Díaz.
El tal Rebordinos, el director del flamante Festival que pone alfombra roja al asesino Ternera, ha dicho en una entrevista esta semana que en la película se habla de todas las violencias que hubo, no solo la de ETA, sino la de la policía, el Estado…Es decir, la habitual justificación de ETA como una violencia más, parte del «conflicto». No contento con eso, ha pedido la ilegalización de Vox, y ha defendido a Bildu, con balbuceos varios de que Bildu ya ha cambiado, no es lo mismo… Repugnante, y una buena muestra del lamentable estado moral de la élite cultural e intelectual, y mucho más en el País Vasco.
Y esto pasa en un importante festival de cine. Pues imagínense lo que pasaría con algo parecido en Hollywood, es decir, con un Rebordinos americano diciendo lo mismo del Ku Klux Klan y de sus herederos. Pues esto es lo que hay aquí, pura basura moral en la cultura, en las instituciones, y exigiendo que nos modernicemos y no hablemos de esos asesinos a los que no quieren incomodar.
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