Desde dentro

El 30 de mayo de 1928 Alemania estaba convocada a celebrar elecciones generales. Un partido político aún en estado embrionario logró doce escaños; uno de sus jóvenes diputados afirmó de manera inequívoca: «Entraremos al Parlamento para proveernos con el arsenal de sus propias armas democráticas y como parlamentarios derrocaremos al sistema de Weimar con su misma ayuda». Pocas veces unos propósitos de ideario político han sido expresados con mayor claridad y sinceridad. Aquel político en ciernes se llamaba Josef Paul Goebbels. Hagamos una traslación cambiando «Weimar» por «España 1978» y comprobaremos la vigencia de aquel comentario.

No podemos obviar que hoy en día, existen políticos que se asfixian al entrar en el Parlamento, no al cobrar a fin de mes, y ansían debelar al Estado desde dentro arrancando sus goznes; un sistema que a pesar de sus fallos y lagunas nos podemos dar con un canto en los dientes. Vemos propuestas estrafalarias de toda estofa, auténticos dislates: Amnistía camuflada, convertir el Congreso en una Torre de Babel, en un esperpento que nos recuerda a las obras de Valle-Inclán y también a una escena premonitoria y grotesca entre dos políticos, catalán y vasco junto a un traductor en la obra y película «Las autonosuyas». Otro desbarro es tratar de convertirnos en una nación cantonalizada reducida a taifas enfrentadas entre sí. ¿Tan mal nos va?. Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo. Leamos la Historia.