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Cartas al director

Matrix

En la gran película de ciencia ficción titulada Matrix, el personaje protagonista ha de elegir entre la píldora roja y la azul, donde una te lleva al mundo real (con sus problemas de verdad a solucionar), y la otra al mundo iluso y simulado (donde permanecer en la ignorancia). Haciendo un paralelismo cinéfilo, queda claro cuál es la pastilla que ha elegido el presidente Sánchez, quien en la televisión pública (meses sin comparecer ante los medios) dice que él «está encantado siempre de responder a cuantas preguntas le quieran hacer los periodistas» y que «está feliz dando entrevistas». Y riéndose de las graves imputaciones a sus familiares, es capaz hasta de acusar al poder judicial de que «hay jueces haciendo política».

El evadirse de la realidad, el narcisismo, la falta de empatía y el ego incontenido para mantenerse en el poder, –incluso cediendo como supuesto estadista a límites jamás vistos antes los chantajistas procesionistas y proetarras–, hacen de Pedro Sánchez un superviviente de un falso Matrix paralelo, donde no gracias a una píldora, y sí gracias a las demostraciones de la prensa independiente, se dará cuenta de que, –como en ese timo fracasado del Metaverso–, aquí la realidad supera (y desmonta) a la ficción. Cuestión de tiempo que se le caiga la máscara de los falsarios. Más que nunca, es la hora de los jueces. Y de los votos.