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Una de las adoraciones para niños

Una de las adoraciones para niñosOpus Dei

Adorapeques

Una adoración pensada para niños: la iniciativa para dejar que los más pequeños se acerquen a Él

Aunque la Adorapeques nació en Vigo, varias parroquias por toda España han replicado el modelo que busca cultivar el trato con Dios desde la infancia

«Dejad que los niños se acerquen a mi», dijo Jesús al ver que los discípulos regañaban a los pequeños que se acercaban a tocarle. Este es el principio que bien pudiera haber inspirado Adorapeques, una original iniciativa nacida en Vigo que busca acercar a los fieles más pequeños a la adoración eucarística para que empiecen a rezar.

Dos amigas son las iniciadoras de estos momentos de oración pensados para niños. Lara, una de las fundadoras que es también coordinadora del Opus Dei en la ciudad gallega, recuerda que un día acudió con uno de sus cinco hijos a una adoración. El pequeño pasó el rato correteando por la iglesia, pero nadie llamó su atención. Cuando salían, uno de los feligreses más veteranos le propuso, quizá como broma o quizá no, que organizase una para menores. Al tiempo, volvió con toda su prole, de entre 9 y 1 años. Allí estaba de nuevo el anciano, que le repitió la propuesta.

En una comida con amigas, una de ellas Ségolène, supernumeraria de la Obra, le propuso participar en la iniciativa 24 horas con el Señor, de la que había escogido una de todo el día y la invitaba a acompañarla a Jesús en la custodia con niños. Lara cuenta que la entendió que organizase una adoración para niños de una hora. «Por una confesión», cuenta Lara que nació Adorapeques.

Tras un primer piloto, ambas comprobaron que los niños salían felices y, además, se portaban bien. Decidieron entonces comenzar a rotar por distintas parroquias, una vez cada dos meses. Ya han recorrido casi una decena. También pueden acudir los padres y al terminar se ofrece también una merienda.

«Sabía que en Francia existía una iniciativa parecida», cuenta Ségolène, quien no estaba segura de si acudirían más que niños que sus propios hijos. En cambio, fue todo un éxito. A la primera adoración acudieron unos 30 niños que se sentaron en una alfombra y cojines que colocaron ante el altar para ellos.

Una de las personas que ha querido llevar esta idea a otros lugares es Génesis Vian, madre de familia muy joven y recientemente conversa al catolicismo. Con la ayuda del párroco y otras catequistas organizan esta adoración infantil, de una hora, todos los primeros jueves del mes, en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz.

«Durante la adoración los niños tienen la oportunidad de expresar su cariño de diferentes maneras: cantando, leyendo unas oraciones, escribiendo una carta o un dibujo a Jesús. Cada uno lo vive a su manera y al ver que están allí, sin tabletas, sin televisión y sin móviles, y a la vez rezando y contentos, me llena el alma», cuenta Vian.

Los padres que llevan a sus hijos a esta oración se preocupan para que tengan una vida responsable, que estudien y tengan un futuro profesional, pero todo ello sin descuidar el crecimiento en la vida interior y en la relación con Dios. «Tenemos que enseñarles a rezar y a tener una vida interior, y eso se hace en todas las etapas de la vida, empezando desde pequeños. Como decía san Josemaría, los padres son el mejor medio del que se sirve Dios, para educar a vuestros hijos en la vida de piedad, como por ejemplo con las oraciones vocales», señala esta joven madre.

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