El Papa, llegando a la plaza de San Pedro para la audiencia general del miércoles
Cinco cardenales piden al Papa que aclare su postura sobre los homosexuales y la ordenación de mujeres
Entre las dudas que plantean, la primera de ellas es si «es posible que la Iglesia enseñe hoy doctrinas contrarias a las que enseñaba antes en materia de fe y moral»
Cinco cardenales han enviado una dubia –término latino que quiere decir 'duda'– al Papa Francisco en la que piden al Pontífice que aclare públicamente su postura acerca de la bendición de parejas homosexuales y la posibilidad de ordenar mujeres. Los firmanes son el estadounidense Raymond Leo Burke, el alemán Walter Brandmüller, el mexicano Juan Sandoval Íñiguez, el guineano Robert Sarah y el chino Joseph Zen Ze-kiun, representantes del sector más conservador de la Iglesia.
Los purpurados enviaron la consulta a Bergoglio a principios de este verano, pero al no obtener respuesta han decidido hacerla pública por sus propios medios. Se preguntan si en el Sínodo de la Sinodalidad, que empieza este miércoles 4 de octubre, se plantea modificar el magisterio de la Iglesia sobre «la bendición de las parejas homosexuales, la ordenación de mujeres al sacerdocio y la absolución sacramental dada a todos y siempre, sin condiciones».
«Ante varias declaraciones de algunos altos prelados inherentes a la celebración del próximo Sínodo de Obispos, obviamente contrarios a la constante doctrina y disciplina de la Iglesia, que han generado entre fieles y otras personas de buena voluntad gran confusión y caída en error, hemos manifestado nuestra profunda preocupación al Romano Pontífice», escriben los cardenales.
Los cinco cardenales habrían enviado algunas preguntas hace meses, el pasado 10 de julio, pero consideraron «insuficientes» sus respuestas y volvieron a escribirle el pasado 21 de agosto con otra carta, que, aseguran, no ha sido contestada. Según informa el diario religioso Vida Nueva, la intención de Francisco era responderles por privado, por el mismo medio por el que se le interpeló.
Entre las dudas que plantean, la primera de ellas es si «es posible que la Iglesia enseñe hoy doctrinas contrarias a las que enseñaba antes en materia de fe y moral», siguiendo a teólogos y pastores que creen que deba adaptarse a los «cambios culturales y antropológicos de nuestro tiempo».
Han mostrado también su inquietud sobre la postura de Francisco con la apertura de la Iglesia: «Nos preocupa que la bendición de parejas homosexuales pueda crear confusión, no solo haciendo que parezcan análogas al matrimonio, sino porque los actos homosexuales serían presentados como un bien», escriben. Y plantean: «¿Es posible que en algunas circunstancias un pastor pueda bendecir uniones homosexuales, dando así a entender que el comportamiento homosexual como tal no sería contrario a la ley de Dios y al camino de las personas hacia Dios?».
Asimismo, subrayan de nuevo su «preocupación» porque Francisco ha dicho que se puede «profundizar» en el tema de la ordenación sacerdotal de mujeres, aunque apoye la carta apostólica Ordenatio Sacerdotalis con la que Juan Pablo II cerró la posibilidad en 1994. «¿La Iglesia podría en un futuro tener la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, contradiciendo que la reserva exclusiva de este sacramento a los bautizados de sexo masculino pertenezca a la sustancia misma del Sacramento, que la Iglesia no puede cambiar?», inquieren.
Todas estas cuestiones las han filtrado los cardenales a dos días de que empiecen las reuniones del Sínodo de los Obispos, donde se van a debatir temas como la acogida del colectivo LGBT y dar mayor presencia a las mujeres en la Iglesia, después de las fases de consulta diocesana y continental.
En la primera asamblea del Sínodo no solo participan cardenales y obispos, sino que el Papa ha permitido la participación de mujeres y laicos con derecho a voto en el documento final. El pasado sábado Francisco expresó su deseo de que el Sínodo transcurra «sin murmuraciones, ideologías y polarizaciones».
En el año 2016, Bergoglio recibió otra dubia. Cuatro cardenales, dos de ellos también firmantes ahora, expresaron sus dudas tras la publicación de la encíclica Amoris laetitia en la que le pidieron clarificar la doctrina católica.
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