Kombucha

La kombucha es una bebida fermentada que debe consumirse en cantidades moderadas

Quién no debería tomar el té fermentado que promete ser una superbebida

La kombucha es una bebida fermentada que debe consumirse en cantidades moderadas

Los alimentos fermentados, aquellos que se han transformado mediante el crecimiento controlado de microorganismos, como bacterias, levaduras e incluso ciertos mohos, han formado parte de la dieta del ser humano desde hace miles de años. Yogur, queso, vino o pan son algunos de los más antiguos y, lo que en un principio sirvió para conservar los alimentos, mejorar el sabor y eliminar las toxinas alimentarias, se ha convertido en una forma de obtener microorganismos beneficiosos para el intestino.
Los fermentados se pueden dividir en dos tipos:
  1. Los que contienen microbios vivos cuando se consumen como el yogur, el chucrut crudo, kéfir o la kombucha.
  2. Los que no contienen microbios vivos cuando se consumen entre los que estaría el vino, la cerveza el pan de masa madre o el chocolate.
Numerosas investigaciones han demostrado que una buena salud intestinal es fundamental para el bienestar general. Un estudio publicado en Health benefits of fermented foods concluyó que los alimentos fermentados son fuentes naturales de una variedad de probióticos que desempeñan un papel en el apoyo a la salud intestinal.
En otro ensayo clínico reciente realizado por investigadores de la Escuela de Salud de la Universidad de Georgetown, la Universidad de Nebraska-Lincoln y MedStar Health y publicado en Frontiers in Nutrition concluía que las personas con diabetes tipo II que bebieron té fermentado kombucha durante cuatro semanas tuvieron niveles más bajos de glucosa en sangre en ayunas en comparación con cuando consumieron una bebida placebo de sabor similar.

Qué es la kombucha

En los últimos años la kombucha, un té fermentado que tiene raíces que datan de hace casi 2.000 años en China, se ha convertido en la superbebida de moda que a diferencia del vino, la sidra o la cerveza no se considera una bebida alcohólica aunque contiene trazas de alcohol como consecuencia de la fermentación natural.
Se elabora a partir de té endulzado que ha sido fermentado por una colonia simbiótica de bacterias y levadura. El azúcar actúa como alimento para la levadura y las bacterias, impulsando la fermentación. El conjunto de estos microorganismos actúa sobre el té produciendo CO2, ácido acético y pequeñas cantidades de alcohol, dando lugar al particular y efervescente sabor de esta bebida. La mayoría de los kombuchas en el mercado tiene un contenido de alcohol inferior al 0.5 % algo similar a lo que ocurre a la cerveza sin alcohol.

Quien no debería tomarla

Entonces, ¿puede todo el mundo beber kombucha? Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), se afirma que el tipo de bacterias y hongos de la kombucha puede variar según el tipo de té que se utilice, el tiempo de fermentación e, incluso, los microorganismos que haya presentes en la cocina a la hora de preparar la bebida. «Esto se debe a que es un conjunto vivo y su composición va cambiando conforme al medio. Por ello, su preparación y la conservación de la colonia requieren unas precauciones higiénicas especiales».
Expertos de la OCU explican quienes no deberían consumir este té fermentado: «Dado que esta bebida no está pasteurizada, el té kombucha no es recomendable para personas que tengan alguna patología intestinal o del sistema inmunológico, mujeres embarazadas que no hayan consumido antes este alimento, mujeres lactantes y niños menores de 5 años. Además, debe consumirse en cantidades moderadas, ya que en exceso puede producir malestar digestivo como diarrea o flatulencias».
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