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Día Internacional de la Epilepsia

Epilepsia: ¿por qué se produce? ¿Pueden evitarse las crisis?

Esta enfermedad se caracteriza por una actividad eléctrica anormal

La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas crónicas más frecuentes tanto en niños como en adultos, afectando en torno a unos 50 millones de personas a nivel mundial. Esta patología que celebra el 12 de febrero su Día Internacional se caracteriza por una actividad eléctrica anormal que produce crisis en forma de episodios convulsivos, pérdida de conciencia, comportamientos anormales o sensaciones inusuales.
Estas crisis pueden ser variables tanto en síntomas como duración, y pueden abarcar desde breves momentos de desconexión o ausencia hasta episodios de contracción muscular generalizada y violenta de graves consecuencias. Estos episodios pueden ocurrir de forma esporádica, a veces incluso una o dos veces en la vida, hasta darse de forma diaria, lo cual impacta de forma muy negativa en el rendimiento escolar o laboral de las personas que los sufren.

Causas de la epilepsia

Aunque las causas de epilepsia son múltiples, los expertos de Sanitas explican que algunas son potencialmente prevenibles si se controlan algunos factores de riesgo: las lesiones durante el nacimiento, las infecciones del sistema nervioso central, los traumatismos craneoencefálicos, los ataques cerebrovasculares (ictus) o el consumo de determinados tóxicos.
Por ello, cuando un paciente tiene epilepsia, especialmente aquellos que debutan en la enfermedad en los primeros años de la infancia, es necesario hacer un estudio exhaustivo para analizar las posibles causas. El diagnóstico temprano es particularmente importante en los niños, en los que minimizar las crisis y mejorar su calidad de vida es esencial para su adecuado neurodesarrollo.
Más allá del cuidado de estos factores, las crisis se pueden controlar. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta un 70 % de los pacientes podrían vivir sin convulsiones si son diagnosticados y tratados con medicamentos anticrisis, e incluso un amplio porcentaje puede dejar la medicación con el paso de los años.
Sin embargo, una de las principales causas de resistencia o no respuesta al tratamiento de epilepsia es la elección del fármaco o la terapia adecuada. La neuróloga Carla Anciones, que lidera la Unidad de Epilepsia del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela explica que «un diagnóstico y un tratamiento dirigido por expertos mejora significativamente el control de la enfermedad y su pronóstico. La detección temprana y una atención médica especializada son fundamentales».
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