Pruebas de alegia

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Test de alergia: cómo se hacen, qué detectan y en qué casos se recomiendan

Los alérgicos se enfrentaban a una primavera complicada

Los expertos ya advirtieron que los alérgicos se enfrentaban a la dura primavera. Las abundantes precipitaciones acompañadas de suaves temperaturas este invierno están provocando que los síntomas de la alergia sean más persistentes, incluso en aquellos que nunca antes habían tenía alergia. Es en estos casos cuando surge la duda de cómo saber a qué se debe este picor de ojos o estornudos constantes.

La doctora Ana Pérez Montero, responsable del servicio de Alergología en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica en qué consisten las pruebas para detectar posibles alergias. La especialista ha explicado los distintos métodos de detección, sus variantes y los posibles efectos secundarios que pueden presentar.

El diagnóstico de una alergia requiere provocar de forma controlada una reacción del organismo frente a alérgenos potenciales. Para ello, se emplean técnicas de contacto cutáneo en las que la piel del paciente actúa como detector de las sustancias sensibilizantes.

Tipos de pruebas cutáneas

Entre las pruebas más frecuentes figuran los prick-test, especialmente útiles para identificar reacciones alérgicas a alimentos y a neumoalérgenos (pólenes, ácaros, hongos). También existen otros métodos como las pruebas intradérmicas o las epicutáneas, utilizadas estas últimas para estudiar reacciones por contacto.

Es importante destacar que los pacientes deben suspender la toma de antihistamínicos y corticoides orales al menos cinco días antes del test cutáneo, ya que estos fármacos podrían interferir en los resultados. En los casos en que no sea posible dejar el tratamiento, se recurre a pruebas analíticas en sangre.

Procedimiento del prick-test

Este examen, el más habitual en alergología, consiste en colocar una pequeña gota del extracto alergénico sobre la piel del antebrazo. Posteriormente, se realiza una punción superficial con una lanceta, que permite introducir una cantidad mínima del alérgeno en la piel.

La evaluación se realiza pasados entre 15 y 20 minutos. Se considera resultado positivo si se observa una pápula acompañada de un halo enrojecido y picor. Esta técnica permite detectar alergias tanto ambientales como alimentarias o relacionadas con medicamentos.

Pruebas intradérmicas y epicutáneas

Las pruebas intradérmicas implican la inyección del alérgeno en la dermis mediante una jeringa de tipo insulina. No obstante, si el prick-test da positivo, no se recomienda este segundo procedimiento, pues con el primero suele ser suficiente.

En cuanto a las pruebas epicutáneas, también conocidas como parches, se aplican en la espalda. Se dejan adheridas durante 48 horas y se realizan dos lecturas: una tras retirar los parches y otra a las 96 horas. Están indicadas para diagnosticar alergias de contacto causadas por metales, cosméticos o plásticos.

En general, las pruebas alérgicas no provocan dolor, salvo las intradérmicas, que pueden resultar algo más molestas. Los efectos habituales se limitan a picor o escozor. Aunque muy infrecuentes, se han registrado reacciones graves, como anafilaxia, asociadas a pruebas prick, aunque no constituyen la norma.

Además de las pruebas cutáneas, existen otras formas de diagnóstico menos comunes, como las provocaciones conjuntivales o nasales. Estas se realizan con menos frecuencia. En casos concretos, especialmente cuando se sospecha de una alergia alimentaria o medicamentosa, puede ser necesario recurrir a una provocación oral controlada en el entorno hospitalario.

¿Quién debe realizar el diagnóstico?

Las pruebas deben ser efectuadas por especialistas en alergología, quienes están capacitados para evaluar los síntomas y prescribir el tratamiento más adecuado. Ante señales como estornudos persistentes, rinitis, conjuntivitis o dificultad respiratoria estacional, se recomienda acudir al alergólogo.

En el caso de pacientes pediátricos, los pediatras suelen derivarlos al servicio de alergología cuando detectan indicios de reacciones ante alimentos, medicamentos o agentes respiratorios. La presencia de antecedentes familiares de alergias o piel atópica también justifica la consulta especializada.

Detectar a tiempo los alérgenos responsables de los síntomas permite iniciar cuanto antes un tratamiento efectivo. Las pruebas alérgicas son herramientas diagnósticas fiables, seguras y clave para mejorar la calidad de vida de quienes padecen estas afecciones.