Niña gritando
Salud mental
Tres rasgos en la infancia que podrían anticipar la personalidad de un psicópata
La psicopatía es un trastorno caracterizado por falta de empatía, impulsividad y una mayor probabilidad de comportamiento antisocial
La ciencia describe la psicopatía como un trastorno de la personalidad definido por una conducta antisocial persistente, una marcada falta de empatía y la presencia de rasgos de desinhibición y egocentrismo.
Durante mucho tiempo se ha asumido que la psicopatía es un único trastorno de la personalidad, sin embargo, cada vez hay más pruebas de que es una confluencia de varios rasgos de personalidad diferentes que pueden empezar a percibirse desde edades muy tempranas.
La Dra. Essi Viding, profesora de Psicopatología del Desarrollo en la División de Psicología y Ciencias del Lenguaje del University College de Londres, explicó en una entrevista para Aftermath: Surviving Psychopathy Foundation que ya desde los tres o cuatro años es posible identificar ciertos rasgos psicopáticos.
«Las investigaciones actuales parecen indicar que se pueden detectar con fiabilidad rasgos que aumentan el riesgo de desarrollar una presentación psicopática en niños de tan solo tres-cuatro años. Si bien todos los niños pequeños pueden parecer menos empáticos y más egocéntricos que sus compañeros mayores, aún existe una variación considerable dentro de un mismo grupo de edad. Esto significa que algunos niños de tres-cuatro años son mucho menos empáticos, más egocéntricos y más agresivos que sus pares».
La investigadora subraya que estos rasgos no son inmutables: «Si bien es posible identificarlos desde temprano, es importante recordar que no son fijos. Estudios longitudinales muestran que algunos niños los mantienen, pero muchos otros presentan una disminución a lo largo del desarrollo. Además, sabemos que los tratamientos pueden ser eficaces para reducir conductas problemáticas».
Papel de la genética
En cuanto al papel de la genética y el entorno, Viding señala: «Las investigaciones de mi grupo y de otros indican que gran parte de las diferencias individuales en estos rasgos se explican por la vulnerabilidad genética. En otras palabras, algunas personas tienen la mala suerte de heredar una predisposición que incrementa sustancialmente el riesgo de desarrollar psicopatía. Esto no significa que estén destinadas a convertirse en psicópatas, pero sí que son más propensas a mostrar dichos rasgos que quienes no presentan esa carga genética».
Frialdad emocional
Sin embargo, no todo se explica por herencia. Estudios de la Dra. Eva Kimonis y otros autores sugieren que algunos niños desarrollan comportamientos de frialdad emocional tras experiencias negativas extremas en la infancia, como el maltrato. En estos casos, el comportamiento insensible podría funcionar como una estrategia de afrontamiento, una forma de protegerse frente a la amenaza o la negligencia. Esto difiere de lo que suele observarse en personas con psicopatía, quienes generalmente no muestran reacciones de activación emocional ante el sufrimiento ajeno.
Para profundizar en estas diferencias, el equipo de Viding estudió a niños pequeños –incluidos gemelos– con el fin de determinar la influencia relativa de la genética y el entorno. Observaron sus emociones, la gestión de la frustración, la actividad cerebral y parámetros fisiológicos como la frecuencia cardíaca, evaluando cómo procesaban las emociones.
Tres rasgos en la infancia
El estudio identificó tres rasgos en niños de entre 3 y 4 años que podrían asociarse a un mayor riesgo de psicopatía futura:
Falta de emociones
Algunos niños no mostraban malestar al ver a otros tristes o heridos, ni se preocupaban si alguien perdía un juguete, aunque sí reaccionaban con llanto cuando la situación los afectaba a ellos. Esta ausencia de empatía se consideró un signo de alarma.
No asociar acciones con castigos
Ciertos niños no aprendían de las consecuencias. Aunque se les retiraran privilegios o se les aplicara un tiempo de pausa, repetían las conductas dañinas, lo que sugería una dificultad para reconocer la relación entre la conducta inapropiada y la sanción.
Desinterés por complacer a los demás
Mientras la mayoría de los niños disfrutaba haciendo felices a sus padres o amigos, algunos solo se enfocaban en su propio beneficio. No experimentaban satisfacción al contribuir al bienestar de los demás.
Como resumió Viding en declaraciones en The Telegraph: «No recibes un trastorno de personalidad como regalo de cumpleaños al cumplir 18 años. Está claro que algunos niños muestran este tipo de rasgos desde edades muy tempranas. Identificarlos a tiempo no significa que se pueda predecir con certeza que se convertirán en psicópatas adultos, pero sí indica que tienen un riesgo mayor en comparación con sus compañeros».