Robbie Williams
Robbie Williams revela que padece el Síndrome de Tourette: qué es y cómo le afecta
Es un trastorno neurológico cada vez más diagnosticado
El cantante británico Robbie Williams, una de las figuras más reconocidas del pop internacional, sorprendió al revelar en el pódcast británico I'm ADHD! No You're Not que padece Síndrome de Tourette plus.
Durante la entrevista, que coincide con el Mes de Concientización sobre el TDAH, el artista aprovechó para hablar abiertamente sobre los episodios que afectan a su vida personal y profesional: «He descubierto que tengo Tourette, pero no se manifiesta externamente. Son pensamientos intrusivos que ocurren dentro de mí», explicó Williams, quien añadió que las actuaciones en directo le causan temor y ansiedad además, añade: «Cualquier lugar fuera de mi cama es mi zona de incomodidad».
Con esta revelación, el intérprete de Angels y Feel se suma a la lista de celebridades que visibilizan trastornos neuropsiquiátricos, con el fin de normalizar la conversación y derribar estigmas en torno a la salud mental.
Qué es el Síndrome de Tourette
Una de las características del Síndrome de Tourette es su heterogeneidad, existen diferentes niveles de presentación clínica: Tourette puro, Tourette completo y Tourette plus.
El Tourette puro se caracteriza por la presencia de tics motores y vocales que comienzan habitualmente en la infancia, entre los 7 y 10 años. Los más comunes incluyen parpadeo excesivo, encogimiento de hombros, sacudidas de la cabeza o gruñidos. En los casos más complejos, –Tourette completo– los afectados pueden presentar ecolalia (repetición de palabras), coprolalia (uso involuntario de expresiones malsonantes) o movimientos llamativos como saltos, giros o la necesidad de tocar objetos y personas.
Existe un grado de síndrome, que es el que padece Robbie Williams, denominado Tourette plus, que presenta síntomas psíquicos, tales como la irritabilidad, la obsesión, la ansiedad, incluso automutilaciones o verdaderos trastornos de bipolaridad (depresión-exaltación). Las personas que lo padecen pueden ser anímicamente frágiles y estar expuestas a sufrir ludopatías o drogadicción.
Sin cura, pero con tratamiento
Aunque el síndrome de Tourette no tiene cura, sí existen opciones para controlar los síntomas. La Clínica Mayo explica que el tratamiento depende de la gravedad de los tics y puede incluir fármacos que bloquean la dopamina, inyecciones de toxina botulínica o medicamentos utilizados en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Además, los especialistas recomiendan terapias conductuales para ayudar a los pacientes a manejar mejor los episodios. En muchos casos, si los tics son leves y no interfieren en la vida diaria, no se requiere tratamiento médico.