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Imagen de archivo de un embalseFreepik

Las borrascas ponen fin a cuatro meses de descenso en los embalses: ¿se ha terminado la sequía?

Las precipitaciones provocadas por el tren de borrascas que afecta a la Península ha provocado que la reserva hídrica aumente un 1 %

Semana tras semana, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) anunciaba malas noticias en lo que se refiere a la reserva hídrica española: los embalses volvían a bajar. Cuatro meses consecutivos de descensos que parecía que no iban a terminar nunca y que no hacían más que empeorar la situación de sequía meteorológica en la que se encuentra España desde finales del año pasado.

Sin embargo, tras el paso del verano, una estación tradicionalmente seca, la tendencia parece haber empezado a cambiar. Las intensas lluvias de octubre fruto del último tren de borrascas –protagonizado por Babet, Aline y Bernard– ha propiciado que los embalses se puedan recuperar, aunque sea tímidamente.

En concreto, en la última semana la reserva hídrica ha aumentando un 1 %, o lo que es lo mismo, 577 hectómetros cúbicos más de agua, por lo que en total cuenta con 19.945 hectómetros cúbicos. Esto es consecuencia del incremento de la precipitación en última semana, que han afectado considerablemente a toda la Península. La máxima se produjo en Vigo, con 233,7 mm (233,7 l/m²), según datos del Miteco, pero otras ciudades como Madrid batieron sus récords: el pasado día 19 se registró el día más lluvioso desde al menos 1860, con 114 milímetros en un solo día.

¿Comienzo del fin de la sequía?

¿Supone esto, por tanto, el principio del fin del período de sequía? Lamentablemente no, así no conviene lanzar las campanas al vuelo. Es esperanzador que la tendencia cambie tras cuatro meses de descensos, pero como bien explicó la semana pasada el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, serían necesarios unos meses «muy lluviosos», marcando récords en la serie histórica, para que España deje atrás esa sequía meteorológica de larga duración.

En especial, esta tendencia será difícil de revertir en el sur y centro peninsular, la meseta norte, el Sistema Ibérico y el valle del Ebro, donde el terreno presenta un fuerte déficit de humedad.

Esto significa que, según los meteorólogos, aunque llueva de manera abundante, el suelo absorbe el agua, sin casi escorrentía superficial. Los ríos, por tanto, apenas aumentan su caudal y, como consecuencia, los embalses no terminan de notar las precipitaciones.

A pesar de ese aumento del 1 % esta semana, las ganancias han sido desiguales en el territorio nacional. Las consecuencias del tren de borrascas no han llegado a las cuencas del Júcar y del Segura, apenas afectadas por esas lluvias, que han perdido 0,3 y 0,6 puntos, respectivamente.

En el caso del Júcar no es especialmente preocupante, ya que los embalses de esta cuenca se sitúan al 46,8 % de su capacidad, 11,2 puntos por encima de la media española. Sin embargo, los de la cueca del Segura se sitúan actualmente al 22,3 % de su capacidad, 12,3 puntos por debajo de la media de España.

Por cuencas, destaca la subida de Galicia Costa, donde la reserva ha pasado en solo una semana del 53,4 al 62,1 %, y la leve recuperación de otras en estado crítico como las de Guadiana (sube del 23,5 al 24,3 %) o Guadalquivir (aumenta del 17,9 al 18,4 %), dos de las más afectadas por la sequía. Por contra, la reserva de las cuencas internas de Cataluña baja del 20,7 al 19,9 %, la de la cuenca Mediterránea Andaluza, del 22,5 al 22,2 %, y la del Segura, del 22,9 al 22,3 %.